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Mujeres en la nevera: el lado más machista de los superhéroes

Fue Linterna Verde quien presenció la escena. Una nota en la mesa de su casa le anunciaba la existencia de una sorpresa en el interior del frigorífico. Al abrir la puerta, Kyle Rayner encontró a su novia desmembrada. Alexandra DeWitt era la primera mujer en la nevera.

Esta impactante viñeta apareció en el número 54 del cómic protagonizado por el héroe de DC. Era 1994 y cinco años más tarde dio origen a una de los proyectos más reivindicativos del mundo de las historias gráficas: Women in Refrigerators.

«Me molestaba que en los cómics el hecho de que apareciera una superheroína significara inevitablemente que terminara asesinada, mutilada o sin poderes». Así es como explica Gail Simone el origen de esta plataforma en la que recopiló, a finales de la década de los 90, todos esos casos de personajes femeninos del cómic que sufrieron un final trágico.

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El caso más impactante o, al menos, el que fue elegido como bandera de esta web fue el del brutal asesinato de Alexandra DeWitt, pero desde luego no era el único. De hecho, la propia Simone contaba entonces que empezó a hacer una lista de superheroínas que habían sufrido de ese modo. «Cuando me di cuenta de que en realidad era más difícil encontrar a las que no habían caído, sentí que estaba ante algo espeluznante».

La lista está formada por más de 100 casos en los que hay finales para todos los gustos: mujeres asesinadas, cegadas, aniquiladas para luego ser resucitadas aunque privadas de sus superpoderes, violadas o torturadas, entre otras aberraciones.

Una vida por y para el cómic

Por aquel entonces, Simone era una aficionada más a los cómics. Hoy su nombre es muy respetado. La norteamericana entró a formar parte de este mundo de manera profesional al escribir guiones para llevar las desventuras de Los Simpson a las viñetas, y en la actualidad es una reputada guionista de cómics que ha trabajado para Marvel y DC en historias como las de Bat Girl o Wonder Woman. Ahora es considerada una de las guionistas que han logrado que la imagen de la mujer cambie en los cómics.

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Sus méritos van más allá de su trabajo como autora. De hecho, el primer gran logro de Simone vino de la mano de esa lista de personajes femeninos maltratados. No solo hizo que muchos otros aficionados cambiaran su forma de pensar respecto al rol de las mujeres en los tebeos, sino que consiguió que algunos de sus creadores tuvieran que dar explicaciones.

Las respuestas de muchos parecían poco más que excusas. Sin ir más lejos, Ron Marz, el autor del cómic en el que Alexandra DeWitt aparece muerta dentro de la nevera, se puso a la defensiva y explicó que, en realidad, el personaje no está desmembrado, sino que eso es algo que entiende el lector por un error que cometió a la hora de hacer el dibujo. Además, aseguró que «era un personaje destinado a morir desde el primer momento».

La gran queja de Simone no era solo que los personajes femeninos terminaran hechos trizas, sino que fueran un simple escalón más en la trama del personaje principal, el superhéroe masculino de turno. Pero aún había más. «No acabo de evitar la sensación de que los personajes masculinos tienden a morir de manera diferente que los femeninos», explica Simone. «Ellos parecen morir noblemente, como héroes, mientras que no es raro que un personaje masculino entre a casa y encuentre a su pareja masacrada en la cocina».

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A pesar de los más que sólidos argumentos expuestos por Simone a finales del siglo pasado, la lista fue criticada en algunos círculos de aficionados a los cómics. Tanto es así que su creadora tuvo que defenderse, explicando su objetivo: «Si destruyes a la mayor parte de personajes femeninos así, las niñas no leerán cómics. Eso es todo».

Por aquel entonces, tenía la esperanza de forzar algunos cambios en el sector. Y no se equivocó. Cada vez más mujeres protagonizan cómics y lo hacen igual de heroicamente que ellos. Eso no significa que no sigan haciendo falta iniciativas para que las poses sexuales desaparezcan de las viñetas o que las compañías contraten a más escritoras: en Marvel, solo el 10% de la plantilla son mujeres. Una misión para heroínas de carne y hueso como Gail.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Marvel, Wikimedia CommonsBaldwin Saintilus

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