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El artista que convierte películas y libros en miniaturas otomanas

Murat Palta imaginó cómo habría sido Star Wars en el Imperio Otomano y empezó a dibujar. El resultado fue un póster tan peculiar y exitoso que se planteó recrear otras películas de culto como si transcurrieran en el medievo otomano.

De aquella idea surgió su trabajo final de carrera. Al artista le divirtió el proceso y cree que, a juzgar por sus notas, el resultado tuvo el mismo efecto en sus profesores. Lo que no está tan claro es el origen. «Antes trataba de explicar cómo se me ocurrió la idea, pero empecé a darme cuenta de que la respuesta ni me satisfacía ni era necesaria: creo que no hay más que mi imaginación», explica Murat Palta a Yorokobu.

Este ilustrador turco, nacido en Hatay en 1990, cree que aquella idea estaba lista para surgir en cualquier momento: «Al estar familiarizado tanto con la películas como con el arte tradicional, no creo que fuera una sorpresa que se me ocurriera algo así. Pero lo que me hizo continuar con esto fue la falta de conexión entre la ilustración contemporánea y el arte tradicional turco».

Así que se encargó de llenar este vacío, primero a mano y después de manera digital. El resultado pronto comenzó a circular por internet, cuando Palta había llegado a Toledo con una beca.

Pasado y presente, Occidente y Oriente comenzaron a fundirse en estas creaciones. La falta de perspectiva y la inexpresividad de los personajes permitieron al artista recrear las escenas como si fueran auténticas miniaturas medievales. Y no solo eso: con ello, Palta consiguió una peculiar amalgama de humor y violencia propia de una película de Sam Reimi.

Era, además, una cuestión de accesibilidad: un drugo es tan reconocible en Estambul como en Toledo, aunque aparezca en una miniatura otomana. Palta considera que «el cine es ahora mismo un lenguaje común entre personas de todo el mundo. Mi elección es también una cuestión de lenguaje».

Dice Palta que elige las películas y las escenas en función de su «adaptabilidad». Es decir, «en base a si en ellas aparecen escenas, personajes o lugares importantes y reconocibles. También busco que haya trazas occidentales que me permitan conectar la escena con la cultura oriental».

Entre las ilustraciones más destacadas aparecen escenas de películas tan reconocibles como La naranja mecánica, Pulp Fiction, Kill Bill, El Padrino, El resplandor, Alien y El precio del poder, entre otras. Todas ellas aparecieron en su primera exposición en solitario, Murat Palta: Cult Hollywood movies as Ottoman miniatures. Desde entonces, Palta ha participado en exposiciones y festivales en Philadelphia, Italia, Francia y Rusia.

Aunque reconoce que no solo le inspir el cine («también libros, videojuegos, mitología y hechos históricos»), optó por transformar primero películas de culto y después se pasó a los libros. «Por encima de todo, lo que me gusta es ver películas. Siempre intento reflejar aquello que me alimenta, y las películas están dentro de esta categoría», relata.

Los libros también le sirven de alimento. En algunos halló ese mismo lenguaje casi universal del cine. Las ilustraciones de su última exposición, inspirada en la literatura, trasladan al Imperio Otomano del siglo XV fragmentos y personajes de El Principito, Lolita, El perfume y El señor de los anillos.

Palta aclara que, aunque sigue trabajando en este tipo de carteles, no sólo le inspiran las miniaturas medievales otomanas «sino todo el arte tradicional turco». Su intención es seguir creando un diálogo intercultural a través del arte.

 

Por Virginia Mendoza

Periodista y antropóloga. Autora del libro 'Heridas del viento. Crónicas armenias con manchas de jugo de granada'. Empecé a escribir en los márgenes de los prospectos. Ahora en Yorokobu.

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