Puede que el amor sea la única máquina del tiempo que un humano sea capaz de construir. Eso es lo que obligó a Jack a viajar de 2012 hasta un futuro en que los terrícolas usaban lentes misteriosas y un pasado donde los hombres llevaban melenas y gafas cuadradas.
En Paciencia, la última novela gráfica de Daniel Clowes, publicada por Fulgencio Pimentel, el mundo sigue poblado de perdedores atormentados y personajes enredados en sus secretos. Pero en esta historia, la más extensa que ha creado hasta ahora, hay más luz. Incluso algo de triunfo.
Este «viaje mortal por el tiempo y el espacio a las esencias del amor eterno», como el autor lo describe, muestra que las dudas dirigen las decisiones de las personas. Hasta el punto de que un día, en un bar, un tipo se podría acercar a un desconocido para preguntarle:
—Escucha, amigo, si pudieras viajar en el tiempo y matar a la madre de Hitler, ¿lo harías?
Puede que el nacimiento de su hijo en 2007 y una operación a corazón abierto en 2009 hayan puesto a Daniel Clowes de frente ante la vida y la muerte. De ahí surja, quizá, este relato de ultratumba donde la vida se explica en una lógica infalible del universo y en los experimentos de los científicos estrafalarios de la ciencia ficción.
Clowes, una de las grandes voces del cómic y la literatura estadounidense, ha dedicado cinco años a escribir y dibujar este tebeo psicodélico, pulp, retro, futurista y de serie B. Una historia de amor en 180 páginas que describe la felicidad, como sentarse en el sofá, junto a una esposa y un hijo, a escuchar el parte del tiempo.
Una respuesta a «Paciencia: la última historia de Daniel Clowes sobre amor de serie B»
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