Un día alguien (María Rufilanchas, de Molaría y Teta &Teta, para más señas) le definió como «hombre orquesta» por su capacidad para embarcarse en diversos trabajos artísticos, enfrascarse en todo tipo de proyectos y para diferentes clientes a la vez. Y Pedro Perles encajó de buen grado el calificativo.
«El hombre orquesta nace. Yo no elegí serlo. El one-man-band me señaló y me dijo: “Te jodes: disfrutarás y sufrirás a partes iguales. Es lo que hay” #esloquehay #onemanband4eva», nos comenta por mail, donde concluir una declaración con una etiqueta de Twitter resulta mucho más fácil.
Dibuja y compone por igual hasta el punto de no entender una disciplina sin la otra: «Creo que el ritmo y los colores se solapan. No concibo una escindida de la otra. Está implícito en mi carácter y no lo puedo ver de otra manera. Si me quitas la música #
Aunque en sus comienzos se las apañó como autodidacta, Perles pasó por Inurria (Córdoba) y Massana (Barcelona) para convertirse en Técnico Superior en Ilustración. Su formación desde entonces no ha parado: «He asistido a numerosos monográficos y, tanto en lo que se refiere a las artes visuales como a la música, he intentado estar allí donde pudiera extraer sabiduría».
Ajubel, Isidro Ferrer, Mariscal, Jaques Benoit… «He tenido la suerte de aprender de todos ellos y de otros muchos ilustradores a los que admiro. Estoy sumamente agradecido de poder haber disfrutado de la palabra y el uso de la razón (o la sinrazón) de estos genios».
Fue uno de estos grandes maestros, Arnal Ballester, quien le convenció de que lo de encasillarse no era buena idea: «Me recomendó no buscar un estilo. Por eso me interesa más el concepto que subyace tras el estilo. O la emoción, o el sentimiento, o la elegancia. Creo que cada problema gráfico requiere de diferentes soluciones. Y no estar sumergido en un solo estilo te ayuda a abarcar lugares que de otra manera no podrías».
Música y dibujo. Dibujo y música… Aunque no siempre vale todo: «Cuando estoy en el proceso de génesis de ideas, de pensar, no puedo escuchar música excesivamente rítmica o con letras omnipresentes. Necesito piezas ambientales, aunque impliquen una carga emocional grande». El que no suele faltar en su lista de reproducción es Ryuichi Sakamoto, «por el que siento predilección».
Un Pentel cargado con tinta negra para plasmar las primeras ideas es otro de sus básicos a la hora de trabajar. Y si seguimos escarbando le sacamos otras manías «más consumistas» como la botellita de agua con gas que suele tomarse después de la diez de la mañana. «Querría dejar constancia también de que no me gusta el gotelé en las paredes», añade.
Y otra cosa que quiere dejar clara es su alegría al ver su trabajo expuesto en las pantallas gigantes de Callao City Lights durante todo el mes de noviembre. «Paso por la zona todos los días. Para mí es todo un honor ver allí mis proyectos».
Una respuesta a «Pedro Perles, el hombre orquesta que «le hace un caño» a eso del estilo propio»
[…] Primero tenemos a Pedro Perles un artista extraño que navega por diferentes estilos: http://www.yorokobu.es/perles/ […]