Es primer miércoles de mes y los habitantes de la ciudad se acurrucan en sus casas alrededor de sus cenas, sobre sus sillones, sobre sus cuerpos golpeados por la jornada. ¿Todos? Todos no, un pequeño grupo de irreductibles poetas resiste todavía y siempre a la prosa invasora que amenaza con reducir la noche a mero polvo de rutina. 12 poetas y 3 minutos en los que tratan de convencer al público, juez romano inapelable, de que merecen seguir resistiendo. La poesía no está muerta en una octava real dentro de un libro de texto de 3º de la ESO. La poesía está muy viva y se proclama como la mejor forma de comunicación en estos tiempos del ahora. Al menos los primeros miércoles de cada mes.
¿Poesía escénica? ¿Performance? ¿Spoken Word? ¿Qués es el Poetry Slam? Es una competición donde los participantes disponen de 3 minutos para cautivar al público con la palabra. La forma es variada pero la poesía es el elemento cohesivo y común. Según Silvia Nieva, poeta y organizadora, «el Slam a veces es más show, a veces más lírico, otras más social pero eso depende del poeta. No es un recital convencional en el sentido de que tienes que esforzarte más por comunicar; no puedes dar por hecho que te van a escuchar, tienes que ganarte al público que puede ser gente que nunca a escuchado un poema. Ante esa situación hay que poner mucho énfasis en la transmisión».
El elemento competitivo, si bien ameno, es inherente a la naturaleza de este formato. Una vez que el slammer termina su intervención, el público vota del 1 al 10 en 5 pizarras. La organización retira la puntuación más alta y más baja, para evitar chanchullismos y distorsiones, y los tres más votados pasan a la ronda final. Este factor involucra al público en la escena y tras los tres minutos de silencio y escucha lo devuelve a la vida entre vítores, abucheos, carcajadas y aplausos.
Carlos Salem, poeta invitado de esta edición, recitó pero no compitió. Según él, «el slam es una gran iniciativa porque acerca a la poesía a mucha gente que no entra normalmente en contacto con ella».
Le pregunto a Pablo Cortina, poeta participante, qué tal le ha sentado no pasar a la siguiente ronda. «Me ha fastidiado porque tenía un segundo poema buenísimo. Me ha dolido por el público porque no lo ha podido escuchar».
Pablo continúa hablando sobre la naturaleza competitiva del Slam. «Hay una cosa bastante curiosa: cuanto mejor te va, te das cuenta de que esto en realidad no es nada competitivo. Cuando empiezas quieres ganar y piensas que es un concurso y la gente tiene ego, y quieres demostrar, yo el primero, que toda esta mierda que he echado en un cajón no es solo mierda, sino que tiene destellos. Pero luego mola encontrarse con gente que te anima y a la que le da igual ganar».
Tú puedes recitar el mejor poema de la mejor manera pero luego dependes de caerle en gracia al público, ahí está la clave. De hecho en esta edición de diciembre, a un participante le han puesto un 1 en una pizarra, que obviamente no ha contabilizado porque era la puntuación más baja, pero aun así el participante ha suspendido con un 14 de 30 cuando no lo ha hecho tan mal. «Lo de hoy ha sido histórico», me confiesa Pablo. «A mí me han puesto un 2 varias veces, pero yo nunca había visto un 1 ni que suspendiesen a un poeta». Qué cabrones, le digo. «Desde su punto de vista habrán sido justos».
«El Slam nació hace más de 30 años en Chicago con la idea de devolver la poesía un poco más a la gente», afirma Yanito otro participante y organizador. «Esto lo trajo a Madrid el Instituto Goethe. Allí, en Berlín y en Alemania, está muy establecido, lleva 20 años; de hecho hay gente que vive de ello. El Goethe se ha encargado de exportarlo a distintos países. Aquí lo llevaron durante un año y medio y después nos los cedieron a nosotros, los aficionados y los poetas».
(Marco Antonio, ganador de la edición de diciembre 2014)
En España se realizan Poetry Slams en diferentes ciudades como Madrid, Barcelona, Granada, Jaén, Mallorca o Toledo. En Madrid, se celebra el primer miércoles de cada mes en el bar Intruso de la calle Augusto Figueroa.
(Fotos y vídeos de Paula Díaz. Más fotos del evento aquí).
Si eres un imperio, la única verdad de la que puedes estar seguro es que…
Les gustaba leer, pero nunca encontraban tiempo. También les gustaba quedar y divertirse juntos, pero…
La tecnología (pero no cualquiera, esa que se nos muestra en las pelis de ciencia…
La ciudad nos habla. Lo hace a través de las paredes, los cuadros eléctricos ubicados…
Cultivar aguacates en zonas secas es forzar la naturaleza: alto impacto ambiental y un futuro…
¿Qué tienen los chismes, los cotilleos, que nos gustan tanto? Para el ser humano, son…