No hay mejor muestra de que has hecho bien tu trabajo que el ser comprado por un gigante. Bueno, o eso o que te conviertas en gigante. Pero al ritmo voraz con el que las grandes compañías tecnológicas se comen el plancton emprendedor que les rodea cabe pensar que el ser comprado es un gran motivo de alegría. Lo de Facebook comprando Instagram por 1.000 millones de dólares (ahí es nada) es sólo la última señal de una larga lista. Entre las siete grandes compañías tecnológicas mundiales han comprado más de dos centenares de empresas por muchos miles de millones de euros, quién sabe si billones. Así que conste que el titular es un buen deseo.
En España tenemos algunos casos. El más sonado de los últimos años fue la compra de Tuenti, nuestra mayor red social y un auténtico fenómeno entre los adolescentes patrios, por 70 millones de euros el verano de 2010. Ese mismo otoño Amazon preparaba su desembarco en nuestro país llevándose BuyVIP por 90 millones de dólares. Tres años antes Google compraba la española Panoramio por -dicen- unos ocho millones de dólares que seguramente fueron muchos más. Dos años antes de esto eBay compró Loquo, una empresa de anuncios clasificados. Y eso sólo en nuestro país. Las compras de empresas en el boyante sector de las nuevas tecnologías a nivel mundial marean a cualquiera.
El que más compra es sin duda Microsoft, aunque también es quien más tiempo lleva en ello. Su último bombazo fue la compra de Skype, compañía de origen luxemburgués, en mayo del año pasado. Pagaron 8.500 millones de dólares. La estadounidense Visio Corporation, que compraron por 1.375 millones de dólares en aquel año 2000 de burbuja tecnológica, engrosa su lista de adquisiciones milmillonarias, en la que también está desde verano de 2007 aQuantive, una empresa de marketing online, por la nada despreciable cifra de 6.300 millones, la programadora de software Navision, por la que pagaron 1.300 millones, o la noruega Fast Search & Transfer, por la que pagaron unos 1.200 millones. Lejos quedan compras que para la época no estuvieron nada mal, como los 500 millones de 1997 que costó Hotmail. En total más de 150 compras de empresas, diversificaciones e inversiones parciales aparte.
A la zaga, y en mucho menos tiempo de vida, está Google. En primavera de 2007 gastaron nada menos que 3.100 millones en DoubleClick, una empresa de publicidad online con la que alimentaron AdSense, uno de sus principales motores económicos de la actualidad. Apenas medio año antes habían gastado 1.650 millones de dólares en hacerse con YouTube, que ya entonces era uno de los portales más visitados de la red. Su principal compra fue, sin embargo, la de Motorola Mobility hace medio año, por la que pagaron 12.500 millones de dólares. Otras compras llamativas fueron las de Picnik en marzo de 2010, las de reCaptcha y AdMob en otoño de 2009, la de Jaiku dos años antes, la de feedburner en verano de 2007 por cien millones de dólares, la de Android en 2005 por 50 millones de dólares, la de Picasa en verano de 2004, o la de la empresa creadora de Blogger en febrero de 2003, poco después de nacer. En total más de cien adquisiciones, muchas de las cuales las hizo para cerrar las empresas y quedarse con sus desarrollos.
Otro viejo vaquero de la tecnología es American Online, que en otoño de 1998 revolucionó el mercado gastando 4.200 millones en Netscape, que con el tiempo acabó cerrando. Su otra compra milmillonaria -de las que ha trascendido el precio- fue la de MapQuest, allá a finales de 1999, por la que pagó 1.100 millones. Su último bombazo llegó en febrero del año pasado, cuando compró The Huffington Post por 315 millones de dólares, pero antes tuvo algún otro como About.me o TechCrunch a finales de 2010. En total, más de medio centenar de compras, en su mayoría por un importe desconocido.
Ejemplos peculiares de compras son Apple, que ha cerrado una cuarentena de operaciones entre las que una destaca: la compra de NeXT, empresa que fundó el mítico Steve Jobs cuando salió de la compañía y que le sirvió de caballo de Troya para regresar. Desde aquellos nada desdeñables 400 millones de dólares de 1997 ninguna compra exorbitante entre aquellas cuyo precio se conoce. El común denominador de sus adquisiciones es el software, la producción de tecnología y desarrollos concretos aplicados a sus ingenios. El mejor ejemplo, el de Siri, que compró en 2010 a un precio no revelado.
También peculiar ha sido la estrategia de Amazon, que ha comprado en menos de una década empresas volcadas con el mundo del libro (como BookSurge, MobiPocket o Audible), pero también con la compra de productos que poco tienen que ver con la tecnología. Es el caso de Fabric, adquirida en 2008 y centrada en la costura, Zappos, comprada en 2009 por 800 millones y que se dedica a la venta de zapatos, o Quidsi, que trabaja en el mercado de bebés y productos de aseo y por la que pagó 500 millones de dólares. La vertiente más tecnológica de la compañía se ha despertado en el último año, con la compra de LoveFilm, uno de los tantos Netflix europeos, por 315 millones de dólares, Yap, un software de reconocimiento de voz, y más recientemente, hace menos de un mes, Kiva Systems, una empresa de robótica por la que ha pagado 775 millones.
Mucho más focalizada ha sido la estrategia seguida por eBay, que se ha centrado en comprar portales relacionados directamente con la compraventa online, salvo casos puntuales como Skype, que fue suya durante unos años, o StumbleUpon, un agregador social que compró en mayo de 2007 por 75 millones de dólares. Gigantes como Craighlist, del que compró una cuarta parte, iniciativas como Magento, comprada el verano pasado, o estándares como PayPal, por el que pagó 1.500 millones en 2002, completan la lista de compras más conocidas. En la de las más caras habría que incluir BillMeLater, por la que pagó 1.200 millones en otoño de 2008, y GSI Commerce, por la que pagó el doble hace un año.
En el mercado de las redes sociales también focalizan las adquisiciones. Twitter, por ejemplo, ha comprado servicios como Posterous o Tweetdeck. Facebook, por su parte, ha optado -además de la ya mencionada Instagram-, por adquirir una veintena de empresas como Beluga -dedicada a la mensajería instantánea-, Sofa -dedicada al diseño-, Snaptu -dedicada al desarrollo de aplicaciones móviles- o FriendFeed -un agregador de redes sociales-.
¿Lo siguiente? Hay algunas empresas que están en boca de todos para ser compradas en breve. Desde Twitter hasta Zynga, que diseña juegos sociales, pasando por LinkedIn, que no hace mucho compró el interesante Rapportive. Otras que siempre salen en las quinielas son WhatsApp, la aplicación móvil reina de 2011, Pinterest, la web reina de lo que va de 2012, o Yahoo!, que lleva años de liquidación -y con ella servicios tan interesantes como Flickr-. Pero los caminos de las empresas de tecnología ya han dejado de fijarse tanto en la compra de empresas para pasar ahora a la compra de patentes. El objetivo: poder hacer en exclusiva algunos desarrollos, fundamentalmente para telefonía móvil. Porque si no te habías dado cuenta, por ahí van a venir los tiros. Y por ahí vendrá la próxima guerra de compras tecnológicas.