«We are Motörhead and we play rock ‘n’ roll».
Así atronaba en cada concierto la garganta de Lemmy Kilmister; un «guerrero, una leyenda» del rock, como dijo Ozzy Osbourne al conocer la noticia de su muerte.
Kilmister encarnaba absolutamente todos los valores de la existencia rockera plagada de excesos. Abiertamente bisexual porque «yo vivo el rock and roll al máximo», se acostó «con más de 1.200 mujeres y probablemente las reconocería a todas si me las pusieran delante», algo que tiene mucho mérito teniendo en cuenta que se conservó impecablemente entre botellas de whisky de Kentucky y speed.
[pullquote]We know alchemy, we bring you rock and roll
We are the ones you love, or we’re the ones you hate
We are Motorhead – born to kick your ass[/pullquote]
Motörhead surcó el estilo de vida del rock con toda la intensidad que merecía. Auténtico, pendenciero, fiel a los cánones que él mismo contribuyó a erigir y paradigma del «play fast, play loud».
Lemmy Kilmister emprendió su último viaje al infierno tan rápido como hizo todo lo demás.
Celebró su septuagésimo cumpleaños el 24 de diciembre, fue diagnosticado de cáncer dos días después y falleció en su casa de Sunset Boulevard, Los Ángeles, el 28 de diciembre.
A veces también mueren los que son inmortales. A veces, los titanes descansan.
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Rock ‘n’ Draw es una sección que cuenta cada dos semanas historias del pop y el rock de los últimos 80 años que merecen ser contadas. Os proponemos textos breves, muy breves y las emocionales ilustraciones de Óscar Giménez, especialmente creadas para contar cada historia de un vistazo.
Si quieres ver la primera entrega, acerca de Eagles of Death Metal y la sala Bataclan, la tienes a un clic.