¿Recordáis cuando Yorokobu era una revista de marketing y escribíamos mogollón de publicidad? Nosotros tampoco. Lo que ocurre es que siempre queda tiempo para mirar con nostalgia al pasado y, qué coño, la cabra tira al monte. Si hay otra cosa que no podemos quitarnos de encima es nuestra japofilia (que llevamos perpetua en el nombre). Por eso, encontrar unas recopilaciones de anuncios nipones como estas solo puede significar una cosa: debemos extraer unos GIFs. Challenge accepted!
Repasar el catálogo publicitario japonés es una actividad que solo puede deparar alegrías comparables a la reposición de Get a Life. Son muchos momentos de gloria y mucho gozo desbordado. Pero siempre hay una guinda que hace que la vida merezca la pena. Esta es la (breve) historia del niño hidrocéfalo que tiene su primera erección al casarse y lo descubre con una desbordante explosión de júbilo.
¿Sabéis lo que hacen en Japón cuando ven nuestros chistes de mierda acerca de Señoras Que? Descojonarse en nuestras caras. ¿Por qué? Porque cuando en Tokio hay una reunión de tupperware o cuando quedas con tus vecinas para hacer gazpacho o lo que diablos hagan allí, son capaces de hacer cosas como estas y dejarnos a todos acojonados.
A los tipos a los que en occidente echamos por salidos, los aceptan en la industria publicitaria japonesa con alboroto y algarabía. Hay veces que es mejor no decir nada.
En el mundo, sólo hay un país que hace mejores coreografías multitudinarias que Japón. Es Corea del Norte. Lo que ocurre es que en Corea del Norte los que bailan mal y pierden el paso van a un campo de reeducación y, convendrán conmigo, eso es menos divertido que disfrazarse de esqueleto, salir por la tele y anunciar fideos.
Uno de los iconos característicos de Japón es el de la abnegación y servidumbre de las geishas. Si ese rol es machista no lo vamos a discutir porque este post es sólo para hacer el gilipollas. Pero, ¡oiga!,a veces las tornas cambian y es el sufrido marido el que se ve abocado al gregarismo de supermercado. Sigue ayudando, Haruki.
Esta historia es universal y sufre adaptaciones según la cultura en la que se cuenta. Dos seres verdes que te dan una misteriosa pastilla. Esa pastilla produce los efectos que el GIF siguiente muestra. Instantánea aprobación y vigorizante reanimación. En España, esa historia se cuenta mucho en el festival de electrónica de Monegros.
Todo el mundo tiene miedo alguna vez. Incluso los personajes del ukiyo-e por mucha cara de malafollá que tengan. Deben ser muy chungas las montañas rusas en japón para que se te quede una cara como esta.