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Tocata y fuga GIF de las vacaciones estivales

El verano es como una resaca dominguera, que no sabes muy bien cuándo se acaba. Como hace mucho más calor que cuando estábamos de vacaciones nos sentimos algo desorientados, pero si nos esperamos a que se vaya la chicharra, nos tememos que no publicamos la despedida estival hasta el mes de febrero. Por ello -y porque estamos de un frívolo subido que tira de espaldas-, os ofrecemos una explicación sencilla, como para cuñaos, de cómo ha ido el verano y de lo que nos depara el destino.
Yo no sé cómo funciona la cosa en la España civilizada porque soy andaluz, pero nosotros, cuando nos vamos de vacaciones y cogemos camino por la A4 rumbo a la costa, tenemos esta sensación, un arrechucho de hermanamiento con otros seres humanos desesperados por tocar playa. Al final, la vida es un zafarrancho, pero cuando toca salir de vacaciones, MUCHO MÁS.

Que luego, una vez allí, la cosa cambia, es algo muy evidente. No es lo mismo ir que estar y como la vida es todo actitud, la forma en que uno se acerca con el coche a las discotecas denota si uno está de vacaciones o no. Y de si uno es peligroso o no, dicho sea de paso.

El sur es jodido. Imaginen cómo deber ser estar en una disco a las 5 de la mañana, ciego como un piojo, junto a otros seres sureños ciegos como unos piojos. Vale, no llega al nivel de Valencia, pero sí al de tener nuestra propia variedad de arte marcial. Esto es lo que pasa en los parkings justo cuando despunta el alba.

Y luego está la feria. Olviden la pesca del pato, las hamburguesas Uranga, los gofres y los vinos de Los Maños. Lo que mola de la feria es que un ruso borracho lance los puños como un campeón y que no sea tu cabeza lo que hay delante en ese preciso instante.

Es conveniente no olvidar los beneficios que el deporte ofrece a cuerpo y mente. Llevamos meses esculpiendo abdominales para lucir palmito en los chiringuitos más cutres de la costa y es importante no olvidar que la tonificación física es una labor que no ha de detenerse, como ese profesor hijoputa del instituto que ponía notas mediante evaluación continua. Por eso, el verano es un tiempo apropiado para probar nuevas actividades físicas al aire libre. Yo lo intenté con esto.

Vicisitudes aparte, a lo que uno va a la costa es a remojarse. Los que somos de allí no tenemos problema, pero aquí, en Madrid, no sabéis gestionar el mar. TENED CUIDADO.

Y sobre todo, olvidad el estrés y la depresión posvacacional que, imagino, ya tendréis colgada de la chepa. El verano, o lo que queda de él, es para conservar los buenos recuerdos. Feliz vuelta de vacaciones. Y a los que os vais ahora… os odio.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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