De vez en cuando, un hilo sorprende a propios y extraños atrayendo toda la atención del vecindario de Twitter para seguir sin perder ojo las vacaciones de un tipo al que no conocen, pero al que le están pasando cosas muy raras; o tratando de ayudar a una chica que ha encontrado un móvil en la calle y busca a su dueña para devolvérselo, tarea que no resulta sencilla pero sí muy misteriosa y un tanto arriesgada.
Se trata de microrrelatos cuya apariencia improvisada y realista esconde un trabajo y un guion de ficción muy trabajados. ¿Estamos ante un nuevo género literario al que algunos ya han bautizado como tuiteratura?
Primero habría que distinguir entre estos hilos narrativos y un microrrelato. Según Ana Calvo Revilla, profesora titular de Teoría de la Literatura y Teoría Comparada de la Universidad CEU San Pablo, y directora de Microtextualidades. Revista internacional de microrrelato y microficción, la brevedad de los textos en Twitter no basta para considerarlos microrrelatos.
Deben tener una intencionalidad literaria y estética, y, por supuesto, una calidad artística que no siempre se encuentra en todos los hilos que se crean en esa red social. Si carecen de ello, estas «microtextualidades y microtextos de desecho o textos marginales, carentes de calidad estética, que son obra de creadores amateurs y aficionados» son lo que Calvo llama «tuitescrituras».
«Brotan como fruto de la interacción diaria en las redes, sin otra aspiración que distraer o jugar», explica, por lo que, en su opinión, es necesario hacer una criba para distinguir entre microrrelatos y otro tipo de escrituras.
«Es la primacía de la narratividad, junto a la calidad literaria y estética, lo que permite discernir el microrrelato de otros textos breves que, aun compartiendo algunos rasgos, como la brevedad extrema, la ironía, la concisión, etc. (aforismos, adivinanzas, epigramas, etc.), revisten otra naturaleza», afirma la profesora de la Universidad CEU San Pablo.
Por otro lado, explica, «en Twitter encontramos dos modalidades literarias: en primer lugar, están las microformas literarias que prescinden del empleo de hashtags y de la utilización de componentes hipertextuales, que se sirven de la red como medio de difusión y soporte de publicación; y, en segundo lugar, la tuiteratura, que determina los procesos de creación literaria y de recepción mediante la integración de los recursos habituales de esta red social (vocativos mediante arroba, clasificación por etiquetas o hashtags, restricción de caracteres, etc.). Podemos encontrar micropoesía, microcuento o microrrelato, miniensayo, aforismos, etc.».
¿TUITERATURA O POSFICCIÓN?
A Manuel Bartual, autor de algunos de los hilos más famosos de la red, ilustrador y jurado en la segunda edición de la Feria del Hilo, no le convence mucho la etiqueta de tuiteratura para este tipo de ficción. Aunque afirma que el término no le disgusta, cree que «hace demasiada referencia a la literatura y utilizar Twitter como medio para la ficción suele tener tanto de literario como de audiovisual. Es un medio híbrido».
Él prefiere el término de «posficción», con el que se refiere a un tipo de historia de Twitter muy concreta: «aquella que juega con los límites entre realidad y ficción, el tipo de historia que te puede llegar a hacer dudar sobre si lo que te están contando es cierto o no».
Para Bartual, el término sería la otra cara de la moneda de la posverdad: ambas se sirven del mismo escenario y las mismas herramientas para provocar emociones, pero la diferencia es que «mientras que el objetivo de la posverdad es manipular a la opinión pública, lo que busca la posficción es entretener con historias que puedas llegar a sentir más reales que las que te ofrecen otros medios».
«Y aunque no sea su propósito, la posficción termina sirviendo también para despertar el espíritu crítico de la gente. Quien lee una historia de este tipo se da cuenta de que no todo lo que ve en internet es cierto, y esto puede servirle para estar prevenido ante toda la información que consuma a partir de ese momento».
LOS LECTORES TAMBIÉN SON PROTAGONISTAS
Otro rasgo que define a la tuiteratura (o posficción, a elegir) además de la brevedad sería la interacción con los lectores. Surgen varias preguntas. ¿Cambia este aspecto la manera en la que se construyen estas ficciones?
Andrea Menéndez¿Qué opinan los autores de esos hilos narrativos? ¿Es la interacción con los lectores lo que define a estas creaciones?
Para Manuel Bartual, «si no la define, por lo menos sí que supone una de las características que más la diferencian de otras formas narrativas. Cuando escribes un libro, diriges una película o publicas un videojuego, lo habitual es que el consumidor reciba la obra terminada, y es él quien decide los ritmos con los que lo leerá, verá o jugará, pero cuando escribes una historia en Twitter eres tú quien tiene el control: nadie más sabe cuántos días va a durar ni cuándo llegará la próxima actualización, y esta incertidumbre, sumada a que se desarrollen en tiempo real, creo que genera cierto enganche», afirma.
«En una época en la que podemos decidir cómo administramos todo el ocio que consumimos, que surjan historias que escapan a nuestro control recuperan el espíritu del folletín».
Para Andrea Menénez, autora del conocidísimo hilo sobre el robo de unas plantillas de 75 céntimos que fue llevado a juicio y también jurado en la segunda edición de la Feria del Hilo, «la tuiteratura viene descrita por la inmediatez. Es como hacer un show en vivo en televisión; el lector está pendiente del avance de la historia justo cuando tú la escribes; juegas con su emoción y sus comentarios y, de hecho, se forman hilos enteros de respuestas al hilo original que son tan buenos (o más) que lo que has escrito, completan la historia y crean más tensión literaria».
Tampoco Modesto García, diseñador y autor de varios hilos exitosos (el tercer jurado en la segunda edición de la Feria del Hilo), cree que esa interacción sea el único aspecto que define la tuiteratura.
«Creo que es uno de los aspectos que la define, pero no el único. Por ejemplo, en mi hilo del asesinato, no hice apenas uso de la interacción, ya que lo publiqué de una vez. Tenía sentido publicarlo así pues era una investigación que ya había hecho y simplemente exponía mis conclusiones. Sin embargo, en #RedMonkey la interacción del público queríamos que fuera uno de los aspectos claves desde el principio».
¿PUEDEN LOS LECTORES CAMBIAR EL GUION?
Podría pensarse que, si la interacción está tan presente en la tuiteratura, quizá sea también lo suficientemente fuerte y potente como para cambiar el guion de estas historias. Dependería de si la manera de escribir y guionizar una historia en los hilos de Twitter es muy diferente de cómo se hace en la literatura tradicional.
«En mi caso he probado las dos alternativas», comenta Menéndez. «Hay hilos que surgen de forma natural, una historia que me apetece compartir –como ocurrió con las plantillas o los de Paula– y otros que intento trabajar más para emitir un mensaje de calado social. En un caso, aprovechas la espontaneidad y la inmediatez y, en otro, buscas la reflexión; así que llevan procesos de creación distintos».
«En cuanto a la estructura de la historia, sí sería similar ya que, al igual que en un relato tradicional, no comienzo a producir un hilo hasta que no he diseñado la idea completa», comenta por su parte García.
«Pero la historia en sí es completamente diferente; quiero decir que las historias que he hecho para Twitter jamás las hubiera hecho en papel, porque son historias que han nacido ya pensando en el formato multimedia e interactivo de esta plataforma. Las tramas y las formas de desarrollarlas están directamente condicionadas por las características específicas del formato».
Bartual, por su parte, asegura que «realmente no hay una sola forma de enfrentarse a la escritura de este tipo de historias, tal y como pasa cuando escribes en cualquier otro medio. En ocasiones puedes lanzarte a escribir teniendo tan solo un punto de partida, otras veces ya habrás decidido el final y los puntos de giro antes de comenzar. Depende mucho de la historia concreta y de cada método de trabajo».
«En Twitter –continúa–, a mí me suele gustar tener todo bien escaletado antes de publicar el primer tuit, pero también escribí un hilo hace unos meses en el que iba improvisando la historia a cada actualización. Lo que sí propicia Twitter es a escribir y reescribir sobre la marcha, sobre todo si estás publicando una historia que se desarrolla a lo largo de varios días, simulando que está transcurriendo a tiempo real».
Eso es lo que les pasó con #RedMonkey a él y a Modesto García, coautor del hilo. Tenían todo escrito antes de comenzar, pero el único día que publicaron tal y como lo tenían redactado previamente fue el primero. A partir de ahí, explica Bartual, durante los otros seis días que duró la historia, fueron reescribiendo algunas partes prestando atención a los comentarios de los lectores.
Sin embargo, Manuel Bartual asegura no haber escrito ningún hilo en Twitter cuyo final haya sido diferente al que tenía pensado en un principio, a pesar de la interactuación con el público. Lo que sí ha hecho ha sido incorporar detalles a partir de la conversación que se iba generando en torno al hilo.
«Por ejemplo, en la historia que publiqué durante el verano de 2017, tener la reacción del público de forma inmediata tal y como iba escribiendo y publicando me vino bien para calibrar si, pese a tratarse de una historia de misterio, me podía permitir añadir un poco de comedia. Hice una prueba una mañana y fue muy bien recibida, así que me animé a que a partir de ese momento fuera algo recurrente en la historia, y creo que acabó siendo una de las claves de su éxito».
«Cuando sabes la historia que quieres contar, cómo y en qué forma, tienes claro también el final», explica Andrea Menéndez. «Al menos en mi caso, que no suelo hacer ficción, no dejo a la historia coger caminos distintos a los que sé que tiene. Lo que te da la interacción es tiempo a medir reacciones: sabes dónde dejar el suspense y cómo jugar con el lector para crear hype».
Coincide con ellos Modesto García: «Para cambiar el final no, porque tenemos muy claro a dónde queremos llegar, pero sí que dejamos cierto margen a la involucración de usuarios. En algunas ocasiones hemos dado un pequeño rodeo en la trama porque algún usuario nos ha comentado algo interesante que no esperábamos y hemos querido aprovecharlo. Otras veces escribimos dos alternativas a la espera de ver cómo reacciona el público, pero suelen ser aspectos menores. El grueso de la trama suele estar bastante cerrado».
UN HILO NARRATIVO EN TWITTER ES BUENO SI…
Brevedad, interacción con el lector… ¿Qué otros aspectos definen lo que es tuiteratura? Para Menéndez, «una buena historia, una buena ejecución, pulso narrativo y un entorno gráfico que atrape».
«Que sean historias que se puedan desarrollar a tiempo real», añade Bartual. «También la posibilidad de usar encuestas, vídeos o directos, de ahí que se trate de un medio híbrido. Hay quien lo asocia a la literatura, pero mucha otra gente lo interpreta como si fuera una serie de televisión y habla de cada nueva actualización como si fueran capítulos».
«El término tuiteratura se ha venido utilizando para hablar casi expresamente de ficción. Hilos periodísticos, anecdóticos o divulgativos ha habido desde hace años, pero no se le dio forma al término tuiteratura hasta que se introdujo la ficción en una plataforma que no estaba pensada para ello», aclara García.
Lo cierto es que Twitter aporta una serie de factores con los que no contaba la literatura tradicional.
«Aparte de la interactividad, a la tuiteratura la enriquecen muchas otras cosas, como los aspectos multimedia, el directo, la ambigüedad en cuanto a la veracidad, la posibilidad de crearle un pasado digital al protagonista, la opción de navegar por otros perfiles y otras redes sociales, la indefinición en cuanto a ritmo de publicación (¿cuándo se emitirá el próximo tuit?)…», comenta Modesto García.
«Los recursos que ofrece la red social hacen más completa la narración», puntualiza Menéndez: «gifs, fotos, vídeos, encuestas… y el formato: no podemos olvidar que en 280 caracteres puedes atrapar o perder a un lector. Cada tuit tiene que representar una escena que te obligue a leer la siguiente».
En ese carácter híbrido de los hilos narrativos de Twitter también coincide, en parte, Ana Calvo:
«Dada la ductilidad y permeabilidad de este género literario para explorar la hibridación con otros códigos expresivos mediante el entrelazamiento de imágenes y sonidos, que potencian el poder que ejerce la elipsis narrativa, se ha modificado la creación; la convergencia de imágenes, música y sonidos genera creaciones híbridas, que canalizan el dialogismo, la intertextualidad y la intermedialidad. Twitter ha incentivado no solo la creación del microrrelato, sino también su difusión».
¿LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL TUIT?
Hay hilos narrativos que consiguen atraer miles de miradas y mantener la tensión durante el tiempo que dura la acción. Puede ser un instante o pueden ser días, tantos como los autores quieran ir manteniendo la intriga. Pero una vez que se descubre el final, las historias parecen desvanecerse. Se pierden en la maraña de tuits y retuits que es Twitter y se olvidan.
«Son historias que se perciben como eventos, por lo que la fugacidad es algo que llevan asociadas», comenta Manuel Bartual. «En todo caso, no estoy de acuerdo con que se desvanezcan. Cuando una de estas historias tiene éxito, la gente la vive y experimenta de tal forma que, cuando más adelante surge otra similar, acaban comentando y recordando las anteriores. No caen en el olvido».
Modesto García también cree que se convierten en verdaderos eventos. «Quizás la sensación de que es algo que está ocurriendo en ese mismo momento en el que se cruza por tu timeline lo hace más real y te invita más a compartirlo y a participar comunitariamente en el suceso».
«Internet genera contenido constante y en Twitter la actualidad manda y aplasta a lo que haya pasado diez segundos atrás», aclara Andrea Menéndez.
«Cualquier viral tiene una duración corta. Sin embargo, hay hilos que perviven, un retuit los rescata y vuelven a emerger. Nada desaparece en Twitter, y las buenas historias menos aún. Además, Twitter es un escaparate. Los millones de usuarios de la red social son lectores y no sabes quién tiene sus ojos en tu narración. A mí,personalmente, escribir hilos me cambió la vida: un nuevo horizonte laboral, una novela con la editorial de mis sueños, un montón de proyectos por cerrar… Todo lo que puede generar contar historias con acierto en Twitter es positivo».
¿Tendría sentido trasladar estos hilos a formato impreso? ¿Convertir la tuiteratura en un formato analógico?
Menéndez sí lo ve. De hecho, asegura, tuvo varias ofertas editoriales para ello. «Mis hilos son historias cerradas. Tal vez porque no hago ficción. Ahora, un buen hilo de ficción puede convertirse en una novelaza, mis compañeros están para demostrarlo. O el ejemplo de la historia de Guillem y sus dos soldados; ese hilo es una novela corta en sí mismo».
«Se podrían hacer adaptaciones, igual que un libro se adapta al cine, pero una transcripción literal no tiene sentido», opina García, «porque cada historia se crea específicamente para cada formato».
En eso mismo coincide Bartual: «Creo que las buenas historias de Twitter son aquellas que están escritas teniendo muy presente el medio en el que van a ser publicadas y sus características, por lo que en una transcripción a otro formato seguro que pierden parte de su esencia».
LA RELACIÓN DE LA TUITERATURA CON OTRAS FORMAS DE CONTAR
Twitter tiene cierto carácter oral que nos hace recordar –según los casos y las conversaciones–a esos patios de vecinos donde se comentaba de todo y se ponían al día de la vida y milagros de cada quien en el barrio. Ahora bien, para la profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la CEU San Pablo, cualquier parecido con la literatura oral es algo así como pura coincidencia.
«Dado que la tecnología digital lo textualiza todo y que los soportes digitales actúan como espacios dialógicos entre las prácticas artísticas, la convergencia digital articula la integración multimedia hasta el punto de que los textos, las imágenes y su digitalización no son ya islas separadas ni en la esfera de la creación ni en la de la recepción».
«En la red el microrrelato puede mostrase como una unidad de comunicación multisemiótica y multimedia, que exige una mayor participación del receptor, pues con la contigüidad espacial entre texto e imagen y con la consiguiente apertura a la visibilidad se movilizan las percepciones sensoriales cognitivas, emotivas e intelectuales».
«Y el lector, ante la hibridación y ensamblaje de textualidades, ha de desentrañar la resignificación de dicha simbiosis semiótica y descubrir los universos imaginarios que portan, interpretando los silencios, la intensidad polisémica y el barroquismo con que la gramática verbovisual densifica el relato. Sin embargo, dista mucho de adoptar el rango de otros géneros literarios más orales».
Pero, ¿y con el cómic? Al fin y al cabo, muchos de esos hilos no es solo que vayan acompañados de imagen y vídeo, es que parecen transcurrir como una secuencia de viñetas. Sin embargo, Bartual, como dibujante, tampoco lo ve claro.
«Ambos son artes secuenciales y quizá se podría establecer un paralelismo entre los tuits de un hilo de Twitter y las viñetas de un cómic, pero más allá de eso y de la utilización de texto e imágenes, creo que no tienen mucho más en común a nivel formal».
No piensa lo mismo Modesto García: «Yo no soy dibujante, sino diseñador gráfico, pero creo que entre los muchos ingredientes de la tuiteratura hay un poco de novela gráfica, como también lo hay de videojuego, de literatura o de cine. Al final son historias que se construyen con un importante apoyo de elementos visuales», afirma.
«Creo, además, que saber diseño, ilustración, fotografía o edición de video suponen grandes ventajas a la hora de escribir buenas historias en Twitter».
En lo que sí coinciden y tienen claro los tres es en lo que debe tener un buen hilo narrativo para ser atraer su atención y contar con su beneplácito:
«Yo, personalmente, valoro mucho cosas como que se aprovechen muy bien las posibilidades que te ofrece el formato (video, fotos, encuestas, menciones…); que se juegue de forma creativa y elegante con la ambigüedad de no saber si es real o no; que sepan atrapar con un buen uso del suspense; que estén escritas en un lenguaje propio de la plataforma (con gifs, expresiones coloquiales…)…», comenta García.
«La originalidad, una historia que te atrape y que esté bien escrita, con dinamismo y que aproveche los recursos con sentido común», valora Menéndez.
«No es cuestión de cantidad sino de calidad; hay hilos que te atrapan en el primer tuit y no te sueltan hasta el último, y que cuando llega, sigues queriendo más, como un buen libro; pero notas cuándo un tuit está puesto de relleno. A veces es mejor condensar la historia y que no se te escape el lector».
Y lo que más valora Bartual es «que sean hilos que nos sorprendan, ya sea por la propia historia que cuenten o la forma en la que decidan presentarla. Cuanto más adaptadas estén al medio que están utilizando, más papeletas tienen de llamar nuestra atención».
HILOS NARRATIVOS QUE LO HAN PETADO
Las vacaciones de Manuel Bartual
Modesto García descubre un asesinato (fue historia ganadora el pasado año en FeriadelHilo
Andrea Menéndez y las plantillas
#RedMonkey: Nela García y el móvil encontrado en la calle
Oriol Querol – misteriosa esquela
Alguien ha entrado en la casa de Paolo Manitas