A 2010 le quedaba poco tiempo para su adiós definitivo. Tanja Hollander apuraba las últimas horas del año sentada en la mesa de su cocina, afanada en el multitasking. A la vez que escribía una carta, de su puño y letra, a un amigo militar desplegado en Afganistán, la fotógrafa estadounidense contestaba a un mensaje enviado por Facebook por otro amigo suyo que la saludaba desde Yakarta donde se encontraba rodando una película.
Tanja pasó la víspera de año nuevo pensando en sus amistades y en cómo se comunicaba y relacionaba con cada una de ellas. “Mientras que la carta manuscrita es algo más tangible, más genuino y real, las redes sociales permiten tener una comunicación inmediata con cualquier persona con independencia del lugar del mundo en el que se encuentre”.
Quizá por eso -seguía pensando- su número de amigos en Facebook superaba los 600. Nada más cómodo que dar a aceptar una solicitud de amistad para mantener el contacto con un conocido de la forma más cómoda. Porque, sí, seguro que a la mayoría de ellos no podía considerar más que conocidos… De hecho, a muchos de ellos ni siquiera les conocía en persona. ¿Cuántos amigos de verdad habría entre sus contactos?
El recién inaugurado 2011 comenzaba para Tanja con una pregunta que no estaba dispuesta a dejar en retórica. Tenía 12 meses por delante para visitar uno a uno a todos sus amigos de Facebook y averiguar cuántos lo eran de verdad. Pronto se dio cuenta de que un año daba para poco. De hecho, algo más de dos y medio después, Tanja ‘solo’ ha visitado a 334.
También descubrió que lo de visitar a todos sus amigos se salía de su presupuesto. “Comencé a buscar fuentes de financiación a través del crowfunding, donaciones que deducen impuestos y la venta de fotografías. Sigo soñando con un angel investor que financie el resto del proyecto…”
Pese a las dificultades económicas, el viaje está dando a Tanja la satisfacción de comprobar que todos los amigos visitados hasta la fecha la han recibido, a ella y a su cámara, con los brazos abiertos. “Suelo contactar con ellos para concertar la visita”, explica. Una vez allí, los fotografía y realiza una ficha con sus nombres, los años de amistad transcurridos, el lugar de residencia y el sitio o la persona a través de la que se conocieron.
Y mientras ella viaja, la cifra de seguidores de su página en Facebook sigue creciendo hasta superar los 2.000. Y eso que, asegura, ser bastante estricta a la hora de dar al botón de aceptar: “Rechazo las solicitudes de gente que no conozco o de aquellos que no son amigos de mis amigos”.