Icono del sitio Yorokobu

Breve crónica de un yonki de Idealista

Hasta que cumplí un año usando Idealista, no caí en que era el naming mejor escogido del mundo. Para entonces ya estaba totalmente enganchado a mi red social favorita, sin serlo. Perdía horas y horas viendo fotos de casas e imaginando mi vida en ellas. Entre mis rituales favoritos estaban:

Cuando el exceso de horas en otros hogares se convirtió en una amenaza para mantener el mío y mi jefe me pidió que comenzase a invertir el mismo tiempo en Infojobs, tuve que dejar Idealista. No fue fácil desengancharme. Entiendo que sea mejor trabajar por tus sueños de mudanza que soñarlos. Pero ideal es aquello que no existe sino en el pensamiento, y a veces creo que me gustaba más la idea de vivir durante unos instantes en todas aquellas casas que habitarlas de verdad.
 
Imagen de portada: Andy Dean Photography/Shutterstock

Salir de la versión móvil