Un día cualquiera, Marina Rosso recibió malas noticias de su familia. Su abuela tenía problemas de salud y no estaban seguros si iba a durar mucho más tiempo. Saber esto le produjo un sentimiento de urgencia y necesidad de retratarla. De meterse en su vida y capturar el poco tiempo que le quedaba. “Necesitaba una excusa para estar cerca de ella”, explica la fotógrafa italiana. Puedes ver el resto del reportaje en Fotokobu.
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