Un día cualquiera, Marina Rosso recibió malas noticias de su familia. Su abuela tenía problemas de salud y no estaban seguros si iba a durar mucho más tiempo. Saber esto le produjo un sentimiento de urgencia y necesidad de retratarla. De meterse en su vida y capturar el poco tiempo que le quedaba. “Necesitaba una excusa para estar cerca de ella”, explica la fotógrafa italiana. Puedes ver el resto del reportaje en Fotokobu.
57 años de vida, rutina y complicidad (Fotokobu)
Artículos relacionados


15 de abril de 2025
Estás siendo tragado por un sumidero galáctico supermasivo, y lo sabes

14 de abril de 2025
‘Mamia’: la cocina se escribe en femenino plural

15 de abril de 2025
Breve historia de la gorra de béisbol
Misma categoría
Artículo relacionado

Sobre nosotros
Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
