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El extraño caso de los Monosílabos Ortográficos

Diptongo y Triptongo eran hermanos y espías infiltrados en el Reino de las Palabras Polisílabas. Como espías no habían cosechado una gran carrera, la verdad. Su trabajo se limitaba a simular ser un grupo de vocales que no se llevaban bien y que se pronunciaban por separado. Diptongo y Triptongo eran, en realidad, Monosílabos Ortográficos, pero nadie lo sabía.

¡Vaya espías que serían!, pensaréis. Lo cierto es que nadie en el Reino sabía de su verdadera personalidad y les concedían el privilegio que se otorgaba a algunas palabras polisílabas: llevar tilde. Pero un día, la Academia de la Lengua, la más tenaz ‘desfacedora’ de entuertos, la agente más temida por los espías que en el mundo han sido y serán, desenmascaró a los dos hermanos mentirosos. Y desde entonces, presentados ante el resto de súbditos como lo que eran en realidad, perdieron su tilde para siempre.

¿Habéis entendido algo? ¿No? Vamos a explicarlo.

¿Qué me diríais si os escribiera esta palabra así? ‘Guion’. O esta otra: ‘truhan’. O esta: ‘lias’ (en modo voseo)… Seguro que se os ha formado de nuevo esa sonrisilla de… “¡te pillé!”. Le falta la tilde, diréis. Pues ya podéis dejar de sonreír porque no le falta nada de nada.

Están perfectamente escritas según la nueva ortografía de la RAE. Chirría, a que sí. A mí me pasa lo mismo. No sé si voy a conseguir acostumbrarme, son muchos años adornándolas con la tilde. La de veces que me habrán suspendido por no ponerla. ¿No podrían plantear, ya de paso, la posibilidad de un aprobado retroactivo? Visto lo visto, hemos sido muchos los visionarios que adivinamos por dónde irían las nuevas normas de ortografía. Pero fuera preámbulos y al lío.

¿Por qué ya no se escriben con tilde?, os preguntaréis inquietos. Estamos ante el caso de palabras que forman diptongos ortográficos (o sea, escritos). Un diptongo ortográfico, independientemente de cómo se articule (pronuncie), es el que está formado por la unión de vocal abierta (a/e/o) seguida o precedida por vocal cerrada (i/u) átona. Sí, sí, ya voy, un ejemplo: diario, guion, estabais, aunar, reunir…

O bien, dos vocales cerradas distintas (i/u): ciudad, diurno, muy, huir…

Y, por lo tanto, son monosílabos (la regla es la misma si forman triptongos ortográficos: buey, lieis, fiais, guau…).

Como ya hemos dicho, la norma dice que los monosílabos no llevan tilde. A no ser que esta sea diacrítica (o sea, que diferencie palabras: de o dé, te o té…), que, como veis, no es el caso.

No sirve la excusa de que “yo lo pronuncio en dos sílabas”, que daréis más de uno. Da igual cómo lo pronuncies. Importa cómo lo escribes. Así que, no. No se tilda.

Pues eso. Con la RAE hemos topado…

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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