La portada de Yorokobu que se monta con Deforme Blocks

7 de diciembre de 2016
7 de diciembre de 2016
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Queda poco para que la gente se hinche a uvas por eso del fin de año. Otro más al saco. Arruguillas y un culo más gordo mejor que estar muertos.

Y cuando se acerca esta fecha celebramos que tú, suscriptor, sigues vivo y continúas en la secta inexistente de Yorokobu. Por eso te regalamos una bolsa con piezas. Para que montes un castillo, un contramuro (ahora que Melilla y Trump han puesto las vallas tan de moda), el Halcón Milenario o la palabra Yorokobu.

Pero eso sólo ocurre si eres suscriptor. Si no, también tienes tu portada y también celebramos que estés con nosotros. La diferencia es que no hay bolsita regalo. Que nos jode a nosotros más que a ti, pero es que la pasta llega hasta donde llega.

Esta es la razón por la que Taller de Casquería, junto al fotógrafo Óscar Parasiego (La máquina de fotos), trabajaron sobre dos opciones de portada. Una muestra el vacío, un agujero en un escenario que quiso ser llenado pero que no llegó a la plenitud y que, sin embargo, invita a seguir jugando con el espacio. Otra llega cargada de ilusiones que aún deben cumplirse pero que están ahí, alimentando nuestros sueños, invitándonos a seguir construyendo sobre ellos.

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Ambas pretenden hacernos jugar, pero cambiando las reglas. «Nos pareció divertido desde el principio ‘jugar a contrapelo’», explican los creadores. «Buscar aquello que el sistema no toleraba y tratar de llevarlo a cabo. Ir un poco en contra del propio juego».

«Tratamos de realizar con Deforme Blocks [nombre de las piezas de este conocido juego de construcción] formas inusuales. Por otra parte, quisimos que Yorokobu apareciese como ese ‘agujero’ recurrente en la obra de Paul Pfeiffer. Un agujero que a nuestro juicio abre esa vía emocionante».

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«¿Qué ocurre cuando el mensaje en general, el objeto, el tema, desaparecen y dejan un agujero?», reflexionaba Niklas Maak sobre la obra del artista Paul Pfeiffer. Y en eso consiste el juego que proponen los autores de estas dos portadas: romper las reglas, construir dejando espacio al vacío, a ese agujero que invita a abrir nuevas vías creativas, a seguir otros caminos.

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«Decidimos someter el juego (manual, intuitivo…) al láser (industrial, premeditado…) dando como resultado esta propuesta». De ahí estas dos piezas creadas con cortadora láser. Y una invitación para quien ahora contempla la portada de diciembre: seguir creando, seguir soñando, seguir formando hermosos vacíos que lo llenen todo o plenitudes incompletas que nos hagan desear seguir viviendo un año más. Y, por supuesto, seguir vivos 🙂

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