El 15-M contado en ilustraciones


El 15 de mayo Enrique Flores fue a la manifestación convocada en Madrid. Llevaba su cuaderno encima, como siempre, y, como siempre también, dibujó lo que vio. Eran (sin que él aún lo supiera) las primeras ilustraciones de una serie que va ya por más de 160 y que ha ido contando detalles, que en muchas ocasiones no han recogido los medios, del movimiento 15-M y de lo que aún sigue pasando, cada día, en la Puerta del Sol.
“No tenía ninguna intención de hacer un diario del 15-M”, cuenta el ilustrador. “Empecé a dibujar porque siempre dibujo las escenas que voy viendo”. Pero lo que en principio iba a ser una manifestación se convirtió en una acampada y lo que podría haber sido una acampada acabó en un movimiento. Lo que comenzó como un dibujo de una manifestación terminó siendo una serie y la serie se publicará finalmente en un libro con una selección de 60 dibujos.
Todas las ilustraciones recogen detalles de momentos transcurridos desde el 15 de mayo hasta hoy. “No tengo ninguna pretensión de hacer un seguimiento periodístico. No contrasto informaciones ni hago análisis. Voy allí, miro, hablo con la gente y dibujo lo que veo y lo que me cuentan”, explica.
Pero eso hace que, a la vez, muestre “pequeños detalles que a los medios se les ha escapado”. ¿Por ejemplo? La carpa que el diario El Mundo instaló ayer en Sol. “Los de El Mundo montan a las 10,30 de la mañana una carpa en Sol en la que dos chicas tuitean. El motor que alimenta sus portátiles es molestísimo y enerva innecesariamente a los chicos del punto de información. ¿Era necesario ese despliegue? ¿No bastaba con una redactora con un móvil? A las diez de la noche desmontan y se van, según dice una por teléfono, “acosadas por los radicales”. Ya les vale…”, relata Flores en su blog, Cuatro cosas.

Otro ejemplo. “Hace unos días llegó el servicio de limpieza a las 7 de la tarde con la orden de echar 3.000 litros de agua en Sol. Había tanta que empezó a entrar en algunas tiendas de campaña. Ocurren muchas cosas que si no fuera por que algunas personas las recogen, no nos enteraríamos”, especifica el ilustrador.
La cercanía de su domicilio a Sol ha hecho que Flores vaya viendo, cada día, qué está pasando en el punto físico donde nació el movimiento 15-M. Vio el primer día de acampada y allí se quedó a pasar la noche. Fue la primera de muchas noches en las que el ilustrador llegaba a las 21.00 a Sol y empezaba a hablar con los acampados hasta que empezaba a amanecer. Eso se convertía en unos 8 ó 10 dibujos más en su cuaderno.
De su cuaderno a su blog. De su blog, a su Twitter, su Facebook y en su perfil de Eskup. Las visitas empezaron a crecer y, en la actualidad, recibe unas 6.000 diarias.
Los dibujos surgen mientras habla con otra persona. O mientras mira a su alrededor. No dedica a ninguno más de 15 minutos. No los edita después. Los escanea y van directos a Cuatro cosas.
Utiliza tinta china y acuerela porque es “rápida, barata y permite dibujar rápido”. ¿Lápiz? Ni en pintura. ¿Su cuaderno? A5.
Flores contestó ayer a las preguntas de los lectores de El País y allí dijo que le encantaría que “la prensa viera el potencial del dibujo como herramienta de comunicación. La fotografía de prensa entró en nuestras vidas en la cobertura de la Guerra de Crimea. A partir de ese momento desplazó, por su fiabilidad y rapidez, a los reporteros ilustradores, un trabajo que no me importaría haber hecho…”.
















 
 

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Patrick Thomas

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