Foxize: una escuela de negocios personalizada

Ocurrió con la música. El disco con una lista cerrada de temas dio paso a la venta de canciones independientes y acabó, así, el formato cerrado como única opción. El modelo está pasando ahora a la educación. La escuela de negocios Foxize nace con la misma filosofía. El alumno diseña su formación escogiendo entre más de 190 cursos impartidos por profesionales especializados en negocios, comercio electrónico, disciplinas digitales, analítica, comunicación y marketing.

El sistema educativo sigue basado en un modelo nacido en el siglo XIX. La mayor parte de sus profesores fueron formados en el siglo XX. Pero los alumnos son del XXI. Esta idea hizo pensar al consultor Fernando de la Rosa que había una necesidad rotunda de crear una escuela de negocios adaptada en su forma y sus enseñanzas al presente real, el presente que escucha al futuro, el presente que no arrastra consigo la inercia del pasado.

De la Rosa se alió con Albert García Pujadas y fundaron Foxize School. En octubre comenzarán los primeros cursos. La lista de profesores está formada por más de 130 profesionales y hay más de 180 cursos que se impartirán en más de 20 locales de Madrid y Barcelona.

“El alumno personaliza su propio plan de estudios y paga por lo que necesita. No tiene que comprar un paquete cerrado. Tiene toda la información en la web. Ahí ve los profesores y los contenidos. Y ahí hace la selección de los cursos a los que quiere asistir para reciclarse profesionalmente”, explica Fernando de la Rosa.

Foxize School apuesta por la profundidad (“las sesiones duran tres horas para que haya tiempo suficiente para abordar un tema a fondo”, indica De la Rosa) y el sentido práctico (“todos los profesores son profesionales en activo”, añade).

El enfoque es de negocios y es decididamente digital. “La escuela pretende que los alumnos comprendan cómo la tecnología está cambiando todos los sectores de actividad. Damos a los alumnos el know-how y las herramientas que necesitan para actualizarse profesionalmente”, indica el consultor de marketing y comunicación.

La flexibilidad de la escuela alcanza también al lugar donde se imparte el workshop. El profesor puede proponer espacios diferentes a las aulas convencionales para dar su clase. Una cafetería, una casa… El único requisito, según De la Rosa, es “que cumpla los requisitos técnicos y de comodidad necesarios para que el alumno pueda recibir una buena formación”.

El modelo de retribución del profesorado también es distinto a lo habitual. El profesor recibe el 50% de las ganancias del curso, y en el caso de que sea el responsable de la mayor parte de las inscripciones al curso, el porcentaje será aún mayor. La intención, según el fundador de la escuela, es que los profesores estén motivados y se comprometan a preparar bien las clases.

Foxize School se presenta con este decálogo.

  • Creemos en la necesidad de cambiar la educación actual basada en un sistema del siglo XIX, con profesores formados en el siglo XX y alumnos del siglo XXI.
  • Creemos que la educación empresarial es responsable de muchos de los problemas que vive actualmente nuestra sociedad, por ello debe de ser enfocada desde otro punto de vista. Es necesaria una escuela de negocios del siglo XXI para formar de otra manera, si no, el resultado será el mismo.
  • La formación empresarial es clave para el desarrollo económico de un país y por ello todo el mundo debería poder acceder a este conocimiento.
  • Somos conscientes de la necesidad que existe de exportar conocimiento a otros lugares con dificultades para tener acceso a los mejores profesores.
  • Los profesores comparten su conocimiento para la mejora de la sociedad y por ello son retribuidos de una forma mucho más justa, basada en sus propios méritos y en la oferta y demanda.
  • Creemos en los profesores que hacen y viven profesionalmente de una actividad más allá de las clases que dan. Esta es la única garantía que tenemos de que su conocimiento esté actualizado.
  • En Foxize School somos facilitadores de contacto entres los mejores profesores y alumnos interesados en formarse. Pero queremos ir mucho más allá de ser facilitadores. Queremos certificar conocimiento y garantizar el espíritu emprendedor y crítico de la sociedad.
  • Los alumnos que reciben clases en Foxize School ayudan a los futuros alumnos a elegir, compartiendo su opinión y valorando a los profesores y sus clases.
  • Creemos que las personas no sólo aprenden asistiendo a clase, necesitan hacer y practicar. Por ello queremos ofrecer experiencias participativas y prácticas.
  • Creemos hoy más que nunca que el acceso a conocimiento y experiencia es necesario. Los títulos ya no son suficientemente diferenciadores, ni garantía de conocimiento. Se impone el conocimiento práctico, a la medida de las necesidades y con un coste más accesible.

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Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

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