Los grandes aventureros que se adentran en lo desconocido han sido la herramienta que la raza humana ha empleado para ir trasladando sus propios límites cada vez un poco más allá. A muy pocos importa la incertidumbre sufrida por esos pioneros, los miedos que siembran dudas o la temeridad que empuja al siguiente paso sin saber si el lugar donde se plantará el pie es firme o es un cenagal.
Ese trayecto casi a ciegas es un sendero de pétalos comparado con la desorientación que asola la becario cuando comienza su preparación en una nueva empresa. Así se encontraba Alec Dudson, fundador de Intern (Facebook, Twitter, Instagram), cuando comenzó una de sus dos etapas como becario: lleno de dudas.
Por eso decidió que la revista Intern podría ser un buen comodín para todo aquel que comienza como becario. «Había una serie de cuestiones que quería resolver. ¿Cuánto tiempo debes ser becario? ¿Cuánto antes de que alguien decida que eres una persona empleable? ¿Qué tipo de trabajo puedes hacer? No había un foro en el que tratar estos temas y todo parecía casi envuelto en secretos».
Dudson, que estará hablando de su historia en Internet Age Media Weekend del 20 al 22 de marzo en Barcelona, vio pasar el tiempo y fue disipando algunas de sus dudas en los 9 meses de formación que pasó en empresas. Al terminar, se dio cuenta de que seguía sin haber un marco en el que tratar estos temas y fundó una revista especializada en becas, becarios y todas las salsas que rodean a este mundo.
Comenzó a madurar la idea en sus últimas semanas en Boat Magazine, donde explicó el proyecto a Davey y Erin Spens, el matrimonio que hay detrás de esa revista, y a otros de los profesionales que había en su entorno. «Volví a Manchester y empecé a trabajar en un número cero de doce páginas y una campaña de Kickstarter para financiar la impresión del primer número».
Intern, que edita dos números al año, centra su objetivo en los interships dentro de las industrias creativas. Según explican, tienen un doble objetivo. El primero es el de mostrar el talento precoz que se da bajo estas tempranas circunstancias laborales. El otro objetivo es despertar el debate acerca de la situación de las becas, de quienes las otorgan y las reciben y de cómo afecta todo ello a las industrias de la creatividad.
Intern está cerca de lanzar su tercer número. En este tiempo, la visión de Dudson acerca de universo intern no ha variado mucho. «El punto fundamental de la discusión es a menudo la presencia o ausencia de salario. Personalmente, creo que se deberían pagar con el salario mínimo. Aparte de esto, hay demasiada desigualdad y, con ella, las industrias se están gentrificando desde su raíz», señala Dudson. «Más allá de eso, creo que debería haber un intercambio genuino con un sentido de maestro y aprendiz. Una beca debería ir de aprender y contribuir para que las dos partes saliesen beneficiadas».
Dudson cree que la revista es totalmente imparcial en beneficio del propio debate. Explica que todas las partes han de tener la oportunidad de exponer su caso. «Espero que el lector pueda variar sus opiniones mientras se discute la variedad de enfoques interesantes con los que se puede afrontar una pasantía».
El fundador de Intern explica la importancia del diseño en el proyecto. Tiene todo el sentido dado el enfoque y el público objetivo del mismo. Por eso, asegura que, más allá de proponer un debate equilibrado y profundo, Intern ha de ser una revista visual y mentalmente estimulante.
Una revista también es una aventura
Alec Dudson decidió analizar el fenómeno intern con su revista. No tardó en darse cuenta de que sacar adelante un proyecto así es también una incursión en lo desconocido. Asegura que su entorno siempre fue receptivo a la idea y dice que ha tenido mucho feedback constructivo que le ha ayudado a pulir algunos aspectos de Intern. «Para mí, esta ha sido una inclinada curva de aprendizaje a nivel personal, pero tampoco me había montado expectativas acerca de lo duro que es el juego de las revistas impresas antes de comenzar. Hay que luchar por lo que uno cree. Esto es tanto una causa como un medio en los que creo y voy a dar todo lo que tengo».
El británico asegura que, en cualquier caso, la respuesta que le muestra el camino es la que proviene de colaboradores y lectores. «Si un ejemplar de Intern puede ayudar a a algunas personas a definir mejor su camino en una carrera determinada, yo estoy satisfecho», declara.
De momento, Intern se lleva a cabo con la ayuda de alrededor de 40 colaboradores y ocho patrocinadores que en cada número equilibran el balance. «Uno de los principales puntos de la revistas es que siempre quise pagar a los colaboradores y eso puede llegar a ser muy caro a causa del diseño y la impresión», explica Dudson.
El número 3 está sufriendo un pequeño retraso precisamente por eso, porque el inglés aún no ha reunido a los ocho patrocinadores y no quiere embarcarse en un proyecto con deudas. Él sigue sin cobrar un sueldo de Intern y por eso lleva a cabo actividades paralelas que la ayudan a subsistir, como trabajos freelance, talleres o conferencias.
A pesar de las dificultades, dice que es demasiado resiliente como para rendirse e incapaz de renunciar a «continuar difundiendo su mensaje acerca de la importancia que el debate tiene para los jóvenes creativos».