Spike Lee dijo hace cinco años, en el Festival de Publicidad de Cannes, que en un futuro no muy lejano, se estrenarían películas en las salas de cine realizadas íntegramente con un móvil. Según el cineasta afroamericano, su creciente uso para estos fines significaría el principio del fin de las escuelas del séptimo arte. Una de las principales razones para acudir a estos centros era tener acceso a equipo que antes valía decenas de miles de dólares. El móvil lo cambiaría todo.
El estreno de Olive en algunas salas de EEUU, una película grabada íntegramente con un Nokia N8 adaptado con una lente de 35mm, confirma que las predicciones de Lee iban por buen camino. Las barreras de entrada siguen cayendo para cineastas en todo el mundo.
El uso del móvil no es algo estrictamente nuevo. Se han grabado anuncios con un iPhone 4, existen certámenes audiovisuales especializados en el móvil y empiezan a aparecer cortos hechos con smartphones de una calidad notable.
Pero buena parte de los usos que se han hecho hasta ahora buscan aprovechar la novedad de hacerlo así para conseguir notoriedad en prensa. Olive también lo hace, aunque unido a una vocación más ambiciosa para crear cine independiente más barato. En este caso con un presupuesto de 500.000 dólares.
El objetivo de la película, según declaró su director, Hooman Khalili, a LA Times, es contribuir a cambiar el modelo de los grandes. El largometraje se inscribirá en los Oscar y a lo largo del año se trabajará para introducirla en más salas de cine.
Olive es una muestra más de una nueva generación de cineastas más proactivos. No juegan en las grandes ligas pero no se quedan de brazos cruzados cuando no consiguen financiación para realizar su proyectos. Prefieren lanzarse e ir encontrando oportunidades por el camino. Gonzalo Martín, analista de nuevos medios, lo resume muy bien en su blog:
«‘Ésta será la siguiente revolución, el logro de la autosuficiencia a través del nuevo modelo del “tú puedes hacerlo”. La cita pertenece a una entrevista interesantísima a Álex Posada que viene antecedida por frases igualmente sugerentes: «El verdadero potencial del DIY está por venir…» o, lo que puede verse como un planteamiento anti (comercial, capitalista o lo que se quiera), pero que yo lo veo como una parte del fenómeno de la desintermediación. «La sociedad actual está tomando consciencia de que cada vez necesita menos a las multinacionales y los productos de consumo». Esto se corresponde con la postura que defiendo con frecuencia en este espacio: si eres creador, no esperes a la publicidad ni a las subvenciones, arranca ya».
Tampoco se puede ignorar que se lleva varios años grabando grandes producciones, entre ellas, capítulos de House, con la Canon Mark 5D, una cámara que cuesta menos de 3.000 euros. Es probable que añadir la lente especial al Nokia N8 habrá costado más que esto pero por algún sitio hay que empezar para encontrar nuevos caminos.
La democratización ya está aquí con o sin los smartphones. La cuestión está en si quedará el móvil como un medio para hacer películas una vez que desaparezca la novedad. En este sentido, el éxito de Olive dependerá mucho de la calidad de la historia independientemente de cómo ha sido rodada. Nada que ayude a contar historias puede ser malo.
Fotos: Olive the Movie