Los gigantes del coche dominan el Salón del automóvil de Detroit con sus inmensos stands que reflejan su poderío económico. Todos tienen décadas de historia, algunos incluso superan el siglo de existencia. Todos, menos uno.
Su stand discreto intenta hacerse notar entre el ruido. Los responsables de Tesla Motors saben que no pueden competir por tamaño o tradición. Pero guardan un as en la manga, la fórmula inequívoca para llevar el coche eléctrico nativo a las masas.
Este objetivo puede sorprender quizá por su incoherencia, teniendo en cuenta que el primer modelo que sacó Tesla Motors en 2008 fue un deportivo 100% eléctrico, que costaba 85.000 euros y del que se hicieron alrededor de 2.000 unidades. De democrático, poco.
Pero como ya explicó su fundador, Elon Musk, en una entrevista publicada por la revista Wired, esto es solo la primera parte de una hoja de ruta para democratizar el coche eléctrico. Una estrategia que, según Ricardo Reyes, responsable de comunicación de la compañía, se está siguiendo al pie de la letra mientras señala el coche que protagoniza hoy el stand.
“Es el segundo modelo que hemos creado. Cuesta la mitad que el primero y es más familiar, con cinco asientos. Piensa en lo que costaba un teléfono móvil hace 20 años. Era un objeto de lujo. Hoy es ubicuo y barato. Es lo que concebimos que pasará con los coches eléctricos ”.
El siguiente paso será determinante para ver si una empresa de nueva generación es capaz de competir con los grandes. “En 2015 nuestro objetivo es lanzar un coche que costará en torno a 30.000 dólares con una producción de 100.000 coches el año”, añade Reyes.
¿Pero qué otras cosas son las que hacen que Tesla sea distinta? Para empezar, el perfil de gente que trabaja en ella no sigue los cánones habituales de la industria. “Trabaja mucha gente del mundo tecnológico. Yo mismo trabajé en YouTube anteriormente y la oficina está llena de perfiles como yo, que hace que tengamos una forma de operar que se asemeja a una start-up”.
“Nos movemos en una estructura muy horizontal, donde todos trabajamos juntos en vez de tener departamentos separados. Nuestra central está a 45 minutos de la fábrica y esto permite implementar cambios muy rápidamente. No tenemos paciencia para burocracias. No tenemos tradición, así que inventamos sobre la marcha”.
Por el camino, Tesla ha logrado vender su tecnología de baterías eléctricas a Mercedes y Toyota. Esto ha contribuido a la viabilidad de la empresa en un sector donde empezar de cero es muy complicado por los altos costes que implica.
Otros señalan la genialidad de Elon Musk como otro factor determinante de su éxito. “Es un tipo increíble. Todas las semanas viene a supervisar los aspectos de ingeniería y tecnología del coche. Está muy encima. No tengo reparos en decir que tiene algo de la genialidad de Steve Jobs pero sin los malos humos”, añade el diseñador de Tesla, que atiende a los periodistas en el stand. Habla con conocimiento de causa. Su anterior trabajo fue en Apple.