Jamás una calle había tenido tantas cámaras de vigilancia apuntadas en una dirección. Este lugar no tiene nada de especial que lo haga merecedor de esta atención. No es un edificio oficial ni un centro empresarial o un banco. Es una vía de lo más normal en el barrio madrileño de Tetuán que desde hace unos días cuenta con 150 cámaras cuyos objetivos apuntan de manera amenazante a cualquiera que pase por ahí.
«La pieza invita a la reflexión sobre un tema tan presente como es la convivencia diaria con la tecnología y quien hay detrás de ella. La cámaras son tan solo un símbolo que lo representa, pero es evidente que estamos rodeados de dispositivos que actúan como herramientas de estos métodos de vigilancia», explica SkY a Yorokobu, el prolífico artista que ideó esta intervención urbana.
El creador madrileño convenció a los vecinos del edificio para instalar estas cámaras ficticias diseñadas para dejar a los viandantes con la duda de si son reales o no. «En el barrio hubo reacciones muy diversas, gente que lo veía como una manera de decorar la fachada, otras reflexionaban sobre el hecho de la repetición y la mayoría de personas se preguntaban si estaban encendidas. Algunos interactuaron creyendo que sí lo estaban».
«Nos vemos a diario envueltos, invadidos, eclipsados por imágenes y cosas que no pedimos, al encontrarnos con manifestaciones artísticas en la calle parece producirse un alivio ante tanta masificación. No significa que sea totalmente una actitud de rechazo ante el entorno impuesto, sino más bien una invitación a reflexionar acerca de la avalancha de imágenes que conforma nuestro paisaje», concluye SpY.
Encontrado en: Creators Project