Cuando una persona comienza a experimentar síntomas de ansiedad le resulta casi imposible expresar lo que siente. Que su entorno la comprenda es todo un reto: ¿cómo explicar algo que a la propia persona le cuesta comprender? Se siente atrapada y necesita salir corriendo pero una camisa de fuerza imaginaria la paraliza. Siente que se ahoga o que está a punto de sufrir un infarto. Un disgusto o una discusión le impide respirar. Asistir a una fiesta podría acarrearle días de insomnio y miedos que podrían culminar en una mala excusa para no verse rodeada de gente. Planear una cita con la persona que le atrae podría terminar igual. Si todo esto no fuera suficiente, cuando sufra una crisis, creerá que está a punto de morir.
La ansiedad era originalmente un recurso de supervivencia. Anticiparse a lo malo que podría pasar era una necesidad porque nunca se sabía qué iba a pasar. Aquella herramienta tan útil permitía al ser humano estar preparado para recibir las noticias más terribles. El miedo a lo que está a punto de pasar o, más bien, a lo que la persona cree que está a punto de pasar, fue impidiendo que las personas que una cantidad de personas en constante aumento logre llevar una vida normal sin medicación y se ha convertido en una enfermedad de síntomas confusos que, solo en España, se estima que padece el 40% de la población. Se la ha llegado a denominar «la epidemia silenciosa del siglo XXI».
Siempre se dijo que la ansiedad está reñida con la creatividad, pero no es del todo cierto: la ansiedad puede estimular la creatividad. Kierkiegaard ya adelantó esta idea en El concepto de la ansiedad.
Tal es la cantidad de personas a las que afecta, que varios artistas de todo el mundo están experimentando con distintas técnicas tratando de explicar cómo vive una persona que sufre ansiedad, habitualmente partiendo de la propia experiencia.
Pero hay un artista que ha ido más allá y no muestra lo que es vivir con ansiedad: la provoca. ¿Cómo? Evocando situaciones en las que el cuerpo y la mente reaccionan anticipándose al mal. Lo que está a punto de caer, lo que está a punto de romperse: eso es lo que muestran las fotografías de Aaron Tilley, consiguiendo que cualquiera pueda entender la ansiedad y cómo afecta desde la propia experiencia. Inquietud, miedo, palpitaciones, ganas de gritar, de detener el tiempo. Todo eso que estás sintiendo mientras observas sus fotografías, es lo que vive una persona ansiosa constantemente.
El trabajo de Tilley sirvió para ilustrar la ansiedad en un especial sobre adrenalina en la revista Kinfolk, en colaboración con el escenógrafo Kyle Bean.
El director de arte de Kinfolk se puso en contacto con Tilley para que hiciera unas fotos sobre la adrenalina y Tilley acudió a Bean. «Me pedía que en las fotos se viera algo que provocara un subidón de adrenalina, o que provocase alguna emoción. Algo así como una explosión o algo que se rompe. Bean y yo empezamos a pensar en momentos de tensión en los que algo está a punto de suceder. Quería representar situaciones en las que uno se siente incómodo o ansioso, como el momento en el que algo cae o golpea. Uno siente que casi puede ver cómo el objeto va cayendo e intenta atraparlo antes de que inevitablemente se rompa», explica Tilley a Yorokobu.
Tilley reconoce que muchas de las fotografías parten de experiencias personales, como aquella vez que, siendo niño, le estalló un globo en las manos y le provocó tal impacto que todavía hoy lo recuerda. «Por eso, crear una imagen en la que un globo está a punto de estallar me causa un poco de ansiedad», cuenta.
Para crear estas imágenes, Tilley y Bean decidieron utilizar objetos cotidianos con los que cualquiera pudiera sentirse familiarizado. Tylley explica que este detalle era importante para que «la gente pudiera reconocerlos e identificar esa fragilidad que le resulta evidente». Era la forma de asegurarse de que todos sentirían que algo «inminente estaba a punto de suceder». «Los colocamos justo en ese momento congelado en el que están a punto de interactuar y provocar un accidente o desencadenar alguna situación que acelerará el corazón», detalla.
Tilley descartó los retratos personales y optó por los objetos porque «la energía que provocan estos objetos era más que suficiente para darles vida».
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Virginia:
Hola, saludos cordiales. Muy interesante, humorístico y, por supuesto, angustioso. Ja, ja, ja. saludos,
Francisco José.
El sitio es maravilloso. Acabo de encontrarlo esta noche y ya se que voy volverme de una!
Abrazo
[…] chicos de yorokobu escribieron hace poco sobre el concepto de la ansiedad y sobre las fotos que aaron y el […]
Escucha música.. cualquiera…y sentirás en ti cambios inimaginables…. esta llega a todo ser vivo . Sea planta animal o persona.
Me ha encantado este artículo y sus creativos artistas.
Arriba adrenalina