La «larga cola» de reproducción que propone Acqustic

Traducir de forma literal es arriesgado. Si buscas «larga cola» en Google te van a salir un montón de resultados que no deberías abrir en el trabajo. Pero separando la paja del grano, nos encontramos con una teoría económica y cultural desarrollada en 2004 por el periodista Chris Anderson, llamada, en el inglés original, the long tail. La idea que defendía Anderson es que internet y el entorno digital estaban desmitificando los modelos tradicionales de mercado, en los que se apostaba únicamente por productos muy demandados.

Anderson ponía el ejemplo de una tienda de discos, con un espacio de almacenamiento limitado. En ella solo se colocan discos de artistas mainstream que van a vender cantidades astronómicas. Era una decisión empresarial (lógica, por otro lado) que acababa repercutiendo en los hábitos culturales de la población. Pero internet acababa rompiendo esa lógica. Las plataformas de streaming no necesitaban espacio físico para almacenar discos de artistas minoritarios, desconocidos o que estaban empezando. 

15 años después el consumo musical vive inmerso en la larga cola. Hay más músicos independientes y también más fans independientes. Y entre tanta oferta es fácil perderse. Por eso surgen proyectos como Acqustic, una comunidad que reúne a músicos, empresas de la industria, marcas molonas y fans. Para estos últimos crean playlist y señalan artistas que están empezando. Lo que dentro de unos meses sonará en las radios, lo que en un año estará en las tiendas de discos físicas (sí, siguen existiendo) suena antes en Acqustic. Así que saca boli y libreta. O mejor, ve pulsando enlaces para añadir a estos artistas a tus playlist.

Besmaya

Javier Echavarri y Javier Ojanguren son amigos desde los tres años y esa complicidad en lo personal se traslada a lo musical. Besmaya es su grupo, un proyecto autoproducido itinerante a medio camino entre Pamplona y Barcelona. Suenan a pop español actualizado a golpe de percusiones digitales y sintetizadores. Una propuesta distendida que no tiene miedo a buscar nuevas sonoridades. De esa búsqueda nace su colaboración con Malmö 040, otro grupo muy recomendable.

Malmö 040 es una banda de Barcelona compuesta por Carlos Framis (voz y guitarra), Víctor Rossy (guitarra), Nacho Peguero (bajo) y Gonzalo Saumell (batería), que se unieron en 2016 para tocar y componer sus propias canciones. Juntos han compuesto Matar la pena, una canción que mezcla el sonido más rockero de los Malmö 040 con la base digital de Besmaya. 

Es una producción elegante en la que empastan las voces de ambos artistas, que hacen al oyente viajar desde la camaradería de melodías coreadas a la intimidad del susurro. Las guitarras contundentes de Malmo se mezclan con los sintetizadores y las teclas de Besmaya sobre una base sólida de bajo y batería. La mezcla y el mastering a manos de JAM3S ponen la guinda a un pastel sonoro en el que ambas bandas fusionan con sorprendente éxito sus característicos estilos.

Liz Forte

Con poco más de una decena de temas en las plataformas, Liz Forte ya puede presumir de ser un artista versátil que no tiene miedo a innovar en cada single. Es uno de los cantantes más originales de la escena urbana en España, con éxitos como Carolina Cocaína, Supercaro o el EP Ansiedad, un proyecto de cinco temas que habla de la ansiedad y la salud mental de la generación Z.

Sus canciones podrían encuadrarse en el trap, aunque Liz Forte no tiene miedo de coquetear con otros géneros.  El estilo, la chulería y la actitud son marca de la casa. En octubre, Liz Forte ha hecho doblete y saca a la luz su single más reciente: Britney. Es un tema de rap/trap agresivo e irreverente con la misma cantidad de rabia que de ironía, perfecta para entrenar o para distraerte con sus rápidas y continuas referencias.

Gizelle

Gizelle es una cantante y compositora emergente de Barcelona. Lleva un año lanzando canciones de su primer EP, descubriendo un estilo R&B en español, con influencias del pop, del jazz o el indie. Sus grandes referentes, reconoce la artista, han sido Lana del Rey, Halsey, Jorja Smith, Sabrina Claudio o H.E.R. Estas influencias se dejan intuir en Las Que Querías, o en Refugiandomentí dos de sus canciones. 

Aun así, Gizelle está creando un estilo propio a base de canciones pegadizas. Firmado con el tiempo y Contigo lentamente son loas dos más recientes que ha lanzado. Un goteo constante de temazos que va dando forma a su proyecto musical.

Nebraska

El country rock no es un estilo que pegue muy fuerte en nuestro país. Por eso la sonoridad de Nebraska nos traslada a los road trips, la Ruta 66 y la Norteamérica a la que hace referencia su nombre. Sus influencias van desde The War On Drugs a Of Monsters & Men o Kings Of Leon. Sin embargo, este grupo madrileño tiene letras en español y se postula como la nueva cara del folk en nuestro país.

Integrada por Cati Hernández-Gil (voz), Luis Robledano (bajo y voz), Willie Hott (guitarra, teclado y voz), Pablo Rubio (guitarra) y Pablo Cuesta (batería). Tocan un estilo folk rock con elaboradas melodías y armonías vocales que atrapan y ofrecen algo poco común hoy en día. Las voces  y coros atrapan, pero son las melodías y lo sólido de su colorido musical lo que acaba de dar empaque a este grupo.

Curtidos en los directos, Nebraska cuenta con un puñado de conciertos en algunas de las salas más emblemáticas de Madrid como Siroco, Joy Eslava, Ochoymedio, el Círculo de Bellas Artes y la que consideran su casa, Galileo Galilei. 

García Picasso

Cuando le preguntan a este artista por el género de música que hace, este responde con un misterioso «Genderless music»  ya que defiende la idea de que, tanto en la vida como en la música, la presencia de géneros es obsoleta. Lo cierto es que es difícil definir el estilo de este artista. Su EP debut, Color de Género es una obra conceptual en la que cada canción está inspirada en un género musical. A lo largo del mismo conviven géneros como el flamenco, la electrónica, el disco y el indie. Actualmente se encuentra inmerso dentro de la producción de Color de Época, su primer álbum de estudio.

Su proyecto va más allá de lo musical y también indaga en el arte conceptual, visual y  humanista. Apostando por una estética sin género en la que el artista profundiza en la búsqueda del lado más femenino del nuevo hombre del siglo XXI.  

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