Si el universo fuera justo, todos los músicos que componen buen material tendrían éxito. Como la realidad es tozuda, mucho de lo bueno que acontece en el universo artístico se queda inmerecidamente a la sombra.
Acqustic es una comunidad de música independiente que tiene un propósito declarado: acompañar a los músicos a lo largo de su carrera en una plataforma propia que integra a los propios músicos, a la industria, las empresas y, por supuesto, a los fans.
El proyecto nació en 2016 como un lugar en el que encontrar talento contratable en conciertos en casas, jardines y escenarios. Con el paso del tiempo, la idea creció y tomó vuelo. Acqustic ya no ofrecería artistas para tocar en conciertos: serían una compañía de música dirigida a facilitar a los músicos todo aquello que necesitan para desarrollar su carrera.
Tras eso, en 2019, Acqustic lanzó una app que permite controlar ofertas de conciertos, distribución de música en plataformas de streaming o servicios de gestoría para facturar y tributar de manera correcta. Todo lo que necesita una banda, además de talento.
Hasta que llega marzo de 2020. Puede que lo hayas leído en las noticias. Una cosa de una pandemia global, confinamientos, cierres, apocalipsis cultural y cercenamiento de la programación de la música en directo. Punto y aparte.
UNA NUEVA REALIDAD. TOTALMENTE NUEVA
Con el ecosistema musical del revés, con los conciertos en el punto de mira, había que replantearse qué hacer con una amplia nómina de artistas (la mayor comunidad de música independiente del país) deseosos de llegar a su audiencia.
La pandemia consiguió que el mundo se volcase en lo digital a una velocidad aún mayor de lo que se preveía. En Acqustic decidieron apuntar hacia los servicios de streaming digital. Esas plataformas fueron el salvavidas emocional de miles de personas en 2020, así que parecía claro que era allí donde tocaba acercarse a la audiencia de la música independiente.
La dirección de la misión ha cambiado. De esperar a que los musicófilos aparezcan en conciertos o lleven a esos músicos a sus casas, Acqustic ha pasado a ir a buscarlos donde están, acercándose a los artistas emergentes.
LOS NOMBRES QUE SERÁN
Entre los artistas del catálogo de Acqustic más escuchados hay opciones que recorren todo el espectro de sonidos independientes.
Liz Forte es hijo de los tiempos que corren y un adalid de los ritmos que cuentan la realidad urbana de hoy. Himnos pop hedonistas y con la dosis correcta de mala uva.
Por su parte, Alison Darwin ha condensado lo mejor del rock y el power pop de los dosmil, con una desbordante personalidad de frontwoman en un paleta que incluye llamadas a The Strokes, Vetusta Morla o Triángulo de Amor Bizarro.
El pop de historias cercanas, el de las relaciones, expectativas, esperanzas y vicisitudes en las que muchos hemos estado inmersos, llega de la mano de Malmö 040. Guitarras acústicas, melodías clásicas y letras en las que cualquiera se ha encontrado alguna vez.
Besmaya llega con la intensidad emocional de unos centenials adictos a las bases de sintes. Hubo románticos en los 80 que acudían a ese sonido y sigue habiéndolos ahora, en un tiempo crudo para la belleza y la esperanza.
ERRE es el sonido familiar para miles de personas. Sinceridad acústica que se explica entre bares y guitarras, entre flirteos y versos. Un autor con letras grandes.
Hay una parte difícil en lo de la creación musical: hacer buenas canciones. Pero hay una parte que es aún más ardua y que tiene que ver con la gestión de la propia carrera, con el abordaje sentimental al aficionado a la música. Es ahí donde Acqustic, la mayor comunidad de música independiente de este país, tiene un lugar en el que poner la pica.
¡Ah! y si quieres descubrir las listas que Acqustic ha creado en colaboración con Yorokobu, aquí te dejamos alguna.