El mundo necesita más Steve Jobs

16 de junio de 2011
16 de junio de 2011
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Estoy enganchado a Game of Thrones. Hala, ya lo he dicho. Empiezo así porque quiero reconocer públicamente esta debilidad que me ha llevado a ver increíbles paralelismos con nuestra sociedad actual, como el trono hecho de espadas para que el rey de los 7 reinos nunca esté demasiado cómodo con tanto poder y responsabilidad. Lo mismo que ahora, ¿no? Otro de estos paralelismos me llevó a tener la idea para este post.
En una escena que transcurría en un lugar remoto del norte, durante una discusión entre un hombre con tierras y títulos y otro sin posesión alguna pero con razón en ese momento. Un superior intentó poner paz entre los dos hombres con una frase demoledora: «Aquí, un hombre es lo que se gana». He pegado este mega rodeo para llegar a esta conclusión. Aquí, en nuestro mundo, un hombre también debería ser lo que se gana.
Lamentablemente no vivimos en ese mundo, estamos en un momento oscuro, un momento de falta de liderazgo, un momento de escándalos a todos los niveles, de falta de propuestas que iluminen. Precisamente estamos viendo todo lo contrario a la sencilla y pura regla planteada anteriormente. Por eso cuando alguien brilla, cuando alguien destaca precisamente por hacer algo excepcional, algo que nos empuja hacia delante, capta toda la atención. Este es el caso de una persona que inspira con cada palabra que pronuncia, que ha tenido suerte en aspectos superficiales de la vida y no tanta en los realmente importantes.
Steve Jobs es uno de esos tipos que clonaría y congelaría para tener una reservita en caso de sobreproducción de idiotas en nuestra raza. Porque lo realmente importante, lo que Steve Jobs aporta al mundo no es Apple, ni Pixar, ni sus negocios, ni ideas. Es su visión. Estamos en un momento en que necesitamos muchos Steve Jobs: en política, en las empresas, en el deporte, en todas las capas que hacen que la sociedad avance.
La semana pasada veía una nueva presentación de Jobs para la nueva sede de Apple. Bien podría ser una presentación de un estudio de un famoso arquitecto, ahí te das cuenta que lo que estás viendo es una prolongación de una filosofía. Un Steve Jobs delgado y con aspecto cansado presentaba un proyecto brillante, en el fondo y la forma. Con una cercanía y accesibilidad pasmosa para una figura de su calibre. En un lugar mucho menos relevante los piés de otros ni tocan el suelo.

Estamos viendo una persona que pronto perderemos, y perderemos mucho. Perderemos una visión, una filosofía de hacer las cosas y de ver el mundo. Da igual que sea a través de tecnología, arquitectura, coches o ropa. Seguro que supondrá un avance, seguro que será arriesgado, puede hasta que no lo entendamos de entrada, pero como decía el texto del primer spot  de Apple, «lo único que no puedes hacer, es ignorarlo». Si aquí un hombre debería ser lo que se gana, Steve Jobs se ha ganado a pulso el respeto de todos.

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