Banderas para un mundo sin fronteras

En plena era de la globalización y de Internet las banderas han perdido algo de sentido. Su carga simbólica como icono nacional ha quedado algo anticuada, es incluso innecesaria. Pero eso no significa que hayan dejado de ser un interesante medio de expresión, opina el colectivo alemán About. Se escogió a 16 artistas internacionales para hacerles la misma pregunta: ¿Serías capaz de mostrar tus valores e ideales en una obra? La respuesta, claro está, tenía que llegar en forma de enseña. Juntas componen el proyecto “Flags“.

About, compuesto por los diseñadores gráficos Christoph Schneider, Arthur Ruppel y Sebastian Zimmerhackl, despojaron todo sentido nacional a este emblema, pero quisieron aprovechar su capacidad icónica en favor del mensaje artístico. “La banderas siempre llaman la atención y aún más cuando se usan en un contexto sorpresivo -explica Arthur Ruppel-. Lo que se encierra en ellas suele motivar a la gente a considerarse como parte de un todo más grande. Ofrece un sentimiento de orgullo y cohesión que ha funcionado durante siglos, en los grandes momentos de la Historia. Por eso se suele relacionar con algo importante y por eso quisimos emplearlas como soporte“.

 

El reto consistía en saber lo que un artista es capaz de comunicar en un espacio que no está pensado para ese tipo de uso. Para el colectivo era necesario que la reintrepretación de la bandera como elemento comunicativo ocurriera de las formas más variadas posibles. Por eso los alemanes buscaron a artistas y diseñadores cuyas expresiones visuales fueran muy diferentes entre sí -“incluso les invitábamos a que fueran diferentes a lo que ellos mismos habían hecho antes“, puntualiza Ruppel-. También intentaron que la selección cubriera el mayor rango geográfico posible, contar con representación de los cinco continentes entre los 16 seleccionados, pero les resultó imposible. Aún así “Flags“ viaja por Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur, Alemania e Israel en un formato común, de poliéster y de 150 por 90 centímetros.

A unos les nació una declaración de intenciones meramente política. Para otros fue un mero ejercicio de estilo centrado en lo estético. Los holandeses Cox & Grusenmeyer idearon una metáfora de la democracia a partir de formas geométricas, mientras que Foundland unificó Oriente y Occidente sobre un fondo blanco para popularizar un símbolo empleado por los grupos de resistencia sirios.

 

Una muestra de por qué las banderas siguen siendo un interesante nexo de unión, aunque su significado original se haya desvirtuado, está en los campos de fútbol. Es uno de los pocos lugares donde se muestran los emblemas nacionales sin ningún tipo de complejos. “La gente anima a personas a las que no conoce en persona y por las que no tiene una causa real para favorecerlas. Representan a un país y por eso la gente se apasiona más aún que con su equipo favorito, el que verdaderamente han escogido. Aún así las banderas ya no tienen el poder de crear un sentimiento nacional como lo tiene por ejemplo el lenguaje, que conecta de inmediato a las personas“, opina About. Para quien se sienta identificado con alguna de las piezas, puede hacer de ella su bandera personal por 50 euros.

 

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Imágenes: http://www.flags-edition.de/

Bandera portada: Manuel Bürger, Timm Häneke y Till Wiedeck.

Bandera 2: Foundland.

Bandera 3: Cox & Grusenmeyer.

Bandera 4: Craig & Karl.

 

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