La serie de televisión Dream On (en España, Sigue soñando) narraba la historia de Martin Tupper, un hombre de mediana edad que había pasado su infancia pegado a un reproductor de televisión.
Para cada vivencia, situación o problema de su vida, existía un referente televisivo que le permitía salir más o menos airoso de las complicaciones cotidianas.
Como sucede con Tupper, y en contra de lo que decían los padres de antes, la televisión nos ha enseñado muchas cosas. Gracias a ella los chavales de los ochenta aprendieron que, cuando tienes un problema, cuando nadie más puede ayudarte, has de localizar al Equipo A.
Puede que las nuevas generaciones ya no se acuerden de quiénes eran M. A., Murdock, Hannibal y Fénix, pero seguro que tienen claro que, si te vas a dedicar a cocinar la mejor metanfetamina de Estados Unidos, Better call Saul.
Definitivamente, la televisión nos ha enseñado que cuando alguien desea que una actividad, sea la que sea, se convierta en un éxito, hay que recurrir a los expertos.
En ese sentido, para aquellos que deseen comprar esculturas sin salir de casa, la solución solo puede ser una: Capa Esculturas.
Radicada en el madrileño municipio de Arganda del Rey, Capa Esculturas es, desde hace décadas, el referente en lo que a fundición de esculturas se refiere. Entre sus producciones se cuentan las Meninas de Manolo Valdés, las puertas del Museo del Prado de Cristina Iglesias, piezas de Gerardo Rueda o el Newton de Dalí erigido en la plaza que el pintor de Figueres tiene en Madrid.
A su actividad como fundición, Capa Esculturas sumó hace unos años la de venta de obras de arte a través de sus galerías de Madrid y Bruselas, iniciativa que se ha visto potenciada con la puesta en marcha de su propia página web de e-commerce.
A través de www.galeriacapaesculturas.com, Capa Esculturas busca derribar esa barrera invisible que en ocasiones disuade al aficionado al arte a la hora de acudir a una galería física.
Gracias a esta web el usuario puede entrar, salir cuando quiera, incluso en pijama, con las manos manchadas de burrito o fumando. Demorarse en la galería virtual tanto tiempo como considere sin dar explicaciones a dependientes o guardias de seguridad. Incluso se puede ir de madrugada o de empalmada, porque ahora ni siquiera el horario comercial es un límite para comprar arte.
Una vez hecha la compra, recibirá la obra en su casa perfectamente embalada a través de una empresa de transportes especializada y si por cualquier razón no queda satisfecho, el comprador puede devolverla en un plazo de catorce días.
Gracias a estas facilidades, a las que se suman precios que van desde los 200 a más de 2.000 euros, un servicio de asesoramiento profesional para el comprador y facilidades a la hora de pagar, pudiéndose utilizar Paypal, Capa busca ampliar su target de clientes más allá de los coleccionistas de arte tradicionales.
Para ello, el equipo de Capa Esculturas está desarrollando diferentes campañas vinculadas a festividades o eventos especiales, convencido de que su web puede ser una magnífica solución para encontrar regalos de cumpleaños, aniversario o, por qué no, resolver todos los «amigos invisibles» que se deseen y a los que, por una vez, se les podrá llamar verdaderamente amigos o, como en las series de televisión, Friends.