Caramelos PEZ: para niños y fumadores

28 de septiembre de 2015
28 de septiembre de 2015
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Los caramelos PEZ y sus dispensadores nunca han sido un universo exclusivo de los más pequeños. En origen, fueron un caramelo para eliminar el mal aliento de los fumadores y hoy son preciadas piezas, algunas de las cuales tienen más valor que colecciones aparentemente más ortodoxas, como las de los sellos o el arte. Y, si no, miren lo de Fórum Filatélico y Arte y Naturaleza.

La historia de este popular producto se remonta hasta la Austria de principios del siglo XX, concretamente a 1927, fecha en la que aparecieron los primeros caramelos de la marca, cuyo nombre fue consecuencia del único sabor que tenían en ese momento, la menta, que en austriaco se dice pfefferminz y que, simplificada, dio lugar al acrónimo PEZ.
Su inventor, Eduard Haas, buscaba solucionar con ellos el mal aliento de los fumadores, quienes acogieron el invento de muy buen grado.

En un primer momento se comercializaron en latitas de metal, hasta que en 1949 se lanzó al mercado el envase que lo haría famoso y que revolucionaría el futuro de la marca: un dispensador en forma de mechero al que después se le añadirían unos pies y las cabezas de diferentes personajes, logrando así que el público se ampliase considerablemente, al sumarse a de los fumadores el de los niños, aunque por la época, muy posiblemente estos últimos también fueran fumadores.

A principios de los años 50, los caramelos PEZ desembarcaron en Estados Unidos y comenzaron a firmar contratos de licencia con compañías como Disney para fabricar dispensadores utilizando los personajes de la empresa. Por esa época, al sabor menta no solo le salieron competidores sino que, con el tiempo, dejaría de producirse en beneficio de la fresa, la naranja, el limón y otros gustos más afines a los niños.

Conquistado el mercado norteamericano, la empresa austriaca dio el salto a Japón, mercado con un público muy receptivo a este tipo de productos hasta el punto de desarrollar series exclusivas o variaciones de los modelos originales que solo son comercializadas en ese país.
A principios de los años 70, la compañía abrió una factoría en Estados Unidos. El éxito de la combinación de caramelos, dispensadores, muñecos de dibujos animados y precios asequibles fue tal, que uno de sus modelos fue incluido en la película E.T., el extraterrestre, (aunque en la traducción española se refieren a ellos simplemente como «caramelos», en la versión original PEZ sí se cita por su nombre), lo que aumentaría su aceptación y daría lugar a la comercialización de dispensadores con la cabeza del simpático alienígena.
https://youtu.be/s5Z8T6WsWy0?t=23m41s
Ni que decir tiene que mucho antes de esa popularidad, los PEZ eran ya codiciados por coleccionistas, que debían agudizar el ingenio para hacerse con modelos que, en muchos casos, no se comercializaban en sus países.
La aparición de internet, sin embargo, se lo puso más fácil y no tardaron en aparecer foros en los que los coleccionistas compartían secretos, rarezas, curiosidades e intercambiaban aquellas piezas repetidas o menos valoradas en determinados países por otras más difíciles de encontrar en otros. De hecho, ebay debe, en parte, su origen a un foro de intercambio de dispensadores PEZ que sirvió de banco de pruebas para la popular página de subastas.

En la actualidad, rebasados los ochenta años de historia, PEZ ha sabido renovarse para adaptarse a los gustos del público actual. Además de las variedades clásicas y aquellas que solo se venden en Japón, la empresa ha creado peluches expendedores, dispensadores con muñecos extraíbles, reproducciones de los expendedores clásicos con forma de encendedor y otras variedades.
Para hablar de todo ello, hemos recurrido a un experto en la materia: el ilustrador Mauro Entrialgo, conocido coleccionista de PEZ cuya afición le ha inspirado canciones para su grupo Esteban Light e incluso ha dado lugar a un documental dirigido por Cabezabajo.

Yorokobu: ¿Cuando comenzaste a coleccionar PEZ?
Mauro Entrialgo: Me acuerdo de tener algunos de pequeño. Tenía por ejemplo al Pato Donald, pero fue con veintipocos años en un festival del cómic de Angulema, que en un supermercado estaban vendiendo uno de Peebles de Los Picapiedra. Pensé «anda, si yo tenía de estos» y me lo compré. A partir de entonces empecé a coleccionarlos. Poco tiempo después apareció internet y, desde el primer momento, vi que eso permitía acceder a un montón de información sobre el mundo PEZ.
Y: ¿Compras por internet o solo en tiendas físicas?
ME: Al principio compraba los que encontraba en viajes y aquellos que tenía a mi alcance. Tampoco era posible que te los comprasen los amigos porque te decían «en mi último viaje a Alemania encontré uno de un cerdo que tiene el pelo verde ¿lo tienes?». Y yo qué sé, si hay veinticinco cerdos diferentes. Pero ahora, con el invento del Whatsapp te mandan una foto, ni siquiera te preguntan si lo tienes o no, y directamente yo respondo sí o no. Este año todavía me falta recibir un tercer alijo de amigos que durante sus vacaciones de verano me han comprado PEZ por el mundo. Creo que cuando lo reciba habré completado todos los que han salido este año.
Y: ¿Cuántos suelen salir cada temporada?
ME: Una de las cosas que tiene PEZ es que las unidades que puedes comprar en un tiempo y un lugar son concretas de ese tiempo y de ese lugar. Ahora mismo, en el chino de abajo podemos comprar los de Minions, pero hace un mes no se podía y dentro de un mes tampoco se podrá.
En un mismo ultramarinos de otra parte del mundo se pueden comprar otros distintos. Eso lo hace más divertido porque no es como otras colecciones, que las mismas unidades se están vendiendo en todos los sitios. Eso también hace que aunque tengas mucho dinero no puedas conseguir todos los PEZ que salen en el mundo. Por ejemplo, estos PEZ que tengo aquí son los de los presidentes de los Estados Unidos. Solo se pueden comprar en Estados Unidos y además cada caja en su momento. Solo quedan dos o tres, porque tampoco son tantos presidentes.

Y: Pero un día me comentaste que una de las reglas de PEZ era que no salían personajes reales.
ME: Sí, eso fue así durante mucho tiempo. Creo que fue una norma establecida cuando licenciaron personajes reales como Mary Poppins. Les salieron tan mal que para mantener un poco de calidad en sus productos, decidieron que no se podían producir dispensadores que tuvieran forma humana. De hecho, los primeros que salieron de La Guerra de las Galaxias, que fue varios años después de la película, como diez años después, cuando la reestrenaron, fueron C3PO, Darth Vader, Yoda, Cheewaka y el soldado imperial. No salían ni Luke ni Leia para no reproducir una persona real. Eso ya ha pasado y ahora hay Luke, Leia, los personajes de Piratas del Caribe, los presidentes… Aunque tampoco sin abusar.

Y:: Pero también veo por aquí que tienes a Elvis y a la tripulación del Entreprise de Star Trek.
ME: Elvis, pese a que lo quería mucha gente, estuvo mucho tiempo sin salir y había mucha competencia de Fantasy PEZ…

Y: ¿Qué es un Fantasy PEZ?
ME: Es un dispensador que no existe comercialmente pero que un aficionado lo crea con intenciones artísticas.

ME: Habían salido tantos dispensadores Fantasy PEZ de Elvis que la compañía se decidió a sacar uno oficial. Además, no sacaron uno sino que sacaron tres en un mismo pack: el Elvis de los años 50, el Elvis militar y el Elvis de los 70. ¿Porque qué series sacas de Elvis si no? ¿Elvis, su mujer, los del grupo y Leiber y Stoller?
También pasó con Kiss. Tengo tres que son de mentira. Me los regaló Billy, batería de los Killer Barbies que también colecciona PEZ. Cuando no se podían fabricar dispensadores de personas reales, había un truco que era coger a la Mujer Maravilla y pintarle la cara. Quince o veinte años después ya sacaron los originales. No me regaló los cuatro porque era una época en la que no era muy fácil conseguir Mujeres Maravilla y estaban muy solicitadas porque todo el mundo las quería para hacerse a los Kiss.

Y: No pensaba que estaban pintados, me imaginé que moldeaban la cabeza y la incrustaban en el dispensador.
ME: Sí, esos son los más sofisticados. Hay uno por ahí de Alien falso que está hecho así. Pero a partir de la Mujer Maravilla se pueden hacer muchos, por ejemplo, Cristo. Le pintas el pelo de marrón, le pones una corona de espinas…

Y: Claro, y así tapas la estrella de la Mujer Maravilla…
ME: No, no, en Kiss la tienes que tapar de blanco, pero con Cristo no, al revés, tienes que hacer más estrellas…

Y: ¿Los coleccionas cerrados o abiertos?
ME: Cada coleccionista tiene su criterio propio. Yo lo que hago es abrir todos aquellos que no tengo porque ocupan menos y los puedo exponer. Tengo uno de cada pero, cuando tengo uno repe, no lo abro porque, como valen más cerrados que abiertos, si lo voy a cambiar o a vender, mejor cerrados. Es como quien abre una botella de vino del 78…

Y: ¿Y qué curiosidades tienes?
ME: Este, por ejemplo, el de Yosemite Sam. Aquí puedes ver dos: uno tiene los bigotes más largos y otro más cortos. Eso es así porque durante los años 70 y 80 había un criterio oficial de PEZ de que a todos los dispensadores se les debía poder poner las «body parts», que eran complementos que se encajaban en los soportes e imitan unos cuerpos.

ME: Al de Yosemite Sam no se le podían poner porque los bigotes eran demasiado largos, así que produjeron otro con unos bigotes más cortos, que hace que se le puedan colocar los complementos pero que no sea exactamente igual que el personaje de los dibujos. De esa forma, convirtieron al primero en una rareza y ahora vale una pasta.
Ahora los «body parts» no existen y hay dispensadores que tienen detalles que no permiten que se encajen los complementos. A cambio han sacado los «click and play» que puedes quitar la figurita y jugar con ella.

Y: ¿Tienes contacto con otros coleccionistas?
ME: Hubo una temporada con esto de internet que tenía contacto con un coleccionista americano que me enviaba algunos modelos de allí y yo le enviaba algunos españoles raros, como los «Pita PEZ», que son dispensadores con caras de animales que no responden a ninguna serie en concreto. Tienen un silbato por detrás que soplas y pita. Esos solo salieron aquí y en algún otro país, pero en España salían con una bolsa específica que ponía «Pita PEZ». En Estados Unidos resultaban muy raros.
Y: ¿Qué te enviaba él a cambio?
ME: Los PEZ estacionales, que son los que sacan para el día de los enamorados, para Halloween, para Navidad, para Acción de Gracias y que no se venden aquí.
Otra de las cosas que quería mi coleccionista americano eran figuras como las de Astérix o los Pitufos que no tienen la suficiente fama en Estados Unidos como para venderse allí y solo salen en Europa. También quería que le mandase los caramelos de cereza porque ese sabor estuvo mucho tiempo sin comercializarse allí. Yo le mandaba caramelos de cereza y él, cantidad de dispensadores. Hay gente que también colecciona los caramelos, con sus envoltorios, que varían en todos los países. Esa sí que es una locura de colección, entre otras cosas porque se te van pudriendo.

Y: ¿Tienes reglas a la hora de coleccionarlos? ¿Compras todo lo que encuentras?
ME: Al principio sí que compraba cualquier cosa, como los Mini PEZ que solo salen en Japón. Se venden en máquinas y que no puedes elegir el que quieres. Cada máquina tiene una serie y tienes que comprarlos al azar, porque vienen dentro de un huevo opaco. Son baratos, pero puedes estar echando dinero y sacar cuatrocientas veces el mismo. También están los Micro PEZ, que son aún más pequeños y que tampoco los colecciono. Solo tengo algunos de prueba.

Y: ¿Y esos Micro PEZ, tan pequeños, también tienen caramelos?
ME: A ver… No, creo que no… Los que sí los tienen son los PEZ gigantes, pero te echan un paquete entero. De esos tampoco tengo ninguno. Al principio solo sacaron los personajes famosos, Mickey Mouse, Darth Vader… pero ahora han sacado de todo y es como hacer la colección dos veces, con el inconveniente de que si un PEZ ocupa muy poco, un PEZ gigante ocupa mucho.
También tengo los Click, que son una copia de los PEZ, de los que me compre solo los de Nintendo porque me hacía gracia que ellos sí hubieran conseguido la licencia de Nintendo y PEZ no. Con el tiempo PEZ consiguió la licencia de Nintendo y hoy tienen hasta dos versiones de Mario.
Hay mil versiones de cosas PEZ. Por ejemplo, este «Power PEZ», que gira y te va lanzando los caramelos a la boca. Esos trozos marrones que ves no es que el caramelo sea así, es que se han podrido.
Y: Bueno, ya sabemos entonces cómo están las colecciones de caramelos de algunos… ¿Qué personaje te gustaría que hubiera que no está?
ME: Uno de los míos, claro.

Y: Un Tyrexito, por ejemplo… O un Herminio y un Miguelito…
ME: Sí, pero te das cuenta de que con la distribución que tiene PEZ, para que hagan un dispensador de un determinado personaje, dicho personaje tiene que vender millones. Si no, no les merece la pena. Por eso, cuando veo un dispensador PEZ de un personaje que no conozco, lo que pienso es que debe ser verdaderamente importante. No es un mindundi ni un recién llegado a los dibujos animados o a los cómics. Imagínate cómo será para que Astérix no se venda en Estados Unidos…

Y: Por cierto, esos de animales que tienes ahí, ¿de qué serie son?
ME: No, esos no son de ninguna serie. Esos cada vez los sacan menos. Son de diseño propio de la empresa, pero hace mucho que no los fabrican porque casi todas son licencias. De hecho PEZ fue la primera empresa que empezó a utilizar el concepto de licencia. Hasta que llegaron ellos, no era habitual que alguien pagase por utilizar un personaje de otro.

Y: ¿Alguna otra curiosidad de los PEZ que quieras compartir con los lectores de Yorokobu antes de acabar?
ME: En Japón, a pesar de todo el éxito de PEZ, a pesar de tanta máquina expendedora de cualquier cosa, me costaba mucho encontrar PEZ.
No entendía los protocolos. Había ochenta máquinas y ninguna de PEZ, pero luego íbamos a otro sitio y sí que tenían. Al final dimos con la razón, que era que solo se vendían en comercios que tuvieran permiso para vender algo de comer. Si ibas a una juguetería no los vendían porque tenían que tener las dos licencias.
Y: Ahora que lo dices, aquí pasa una cosa parecida. En las jugueterías no se encuentran…
ME: Sí, claro. En su momento me pareció muy raro pero luego me di cuenta de que aquí es igual porque no deja de ser algo relacionado con la alimentación. Aunque nada comparado con lo que pasa en Estados Unidos y los huevos Kinder. La DEA, que es la agencia antidroga, también persigue los huevos Kinder porque, en realidad, la DEA lo que persigue son productos contra la salud. Entre esas cosas que investiga se encuentran aquellos productos alimentarios que tengan en su interior algo que no se coma. Por ejemplo, los roscones de reyes los controla la DEA y los huevos Kinder, también.
Por eso, en Estados Unidos hay tráfico ilegal de huevos Kinder, porque hay coleccionistas que buscan las sorpresas pero no pueden comprar el huevo de chocolate. Tienen que comprarlo como si fuera droga.
Y: Bueno, pues cuando se enteren de esto que te voy a enseñar ahora, los de la brigada en defensa de la moral y la familia que han criticado a los Muppets, a lo mejor también nos prohíben los PEZ…

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Patrick Thomas

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