Los carteles viejos no venden, pero expresan emociones

29 de enero de 2021
29 de enero de 2021
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El paso del tiempo es inmisericorde, incluso con los carteles publicitarios. Sobre todo, con esos que se fijan en lugares de donde nadie se preocupa de quitarlos después. Las imágenes, perfectas en su origen, se convierten con el transcurrir de los días en espectros pegados en las paredes o en las vallas.

Como cualquier otro viandante, el fotógrafo David Fidalgo suele toparse en la calle con carteles ajados por la acción del tiempo, cronológico y meteorológico. Si lleva la cámara encima, algo que ocurre con frecuencia, aprovecha para retratarlas.

El cofundador de LaCalleEsNuestraColectivo.com lleva haciéndolo desde hace unos cuantos años, pero fue hace un par cuando su interés se centró en «las mujeres de papel». Así se refiere a las modelos que protagonizan muchos de estos anuncios callejeros.

carteles deteriorados belleza

A su modo de ver, las «imperfecciones» de estos carteles publicitarios deteriorados confieren al rostro de estas mujeres «sentimientos totalmente aleatorios, pero mucho más profundos de lo que el propio cartel pretendía mostrar».

«Así, imágenes que inicialmente estaban pensadas para vender lujos o estereotipos se transforman en emociones con las que podemos sentirnos más identificados, como pueden ser el miedo, la fragilidad o la tristeza», explica sobre la razón de ser de su  proyecto Women. 

Carteles deteriorados tristeza 1

Fidalgo estudia su composición como si de retratos pictóricos se tratase. Aunque sus conclusiones van mucho más allá: «Después de años cosificando al género femenino como mero envoltorio para la venta de productos en publicidad, el hecho de poder darle la vuelta y convertir a la modelo del cartel en algo más real, más humano, me parecía un concepto bastante potente y reivindicativo».

Cierto es, reconoce, que en los últimos años hemos avanzado mucho en este aspecto, pero Fidalgo considera que existe aún un largo trecho por recorrer «en cuanto a mostrar la publicidad sin tanto artificio».

«Siempre que existan esos pequeños defectos en el transcurso de un cartel, y hasta que sea sustituido por otro, intentaré estar ahí, cámara en mano, dando mi visión del mundo».

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