
No hay autor ni héroe: solo entrelazamiento
Imagina una aldea remota, siglos atrás, sin leyes escritas, sin tribunales ni policía. Una comunidad pequeña donde nadie manda realmente, pero todos saben lo que se espera de ellos. No hay Estado, no hay constitución. Sin embargo, si alguien roba, lo paga. Si alguien miente, lo arrastra la desconfianza. Y si alguien actúa con generosidad, gana prestigio. ¿Quién pone las