
En el ojo ajeno: ¡Qué poco duran los chutes y el hype!
El caso es estar entretenidos. Consumimos contenidos, tendencias, ideas o cosas como si fueran a cambiar el mundo. Como si esperáramos pequeños descubrimientos, revoluciones, soluciones mágicas. Porque necesitamos la dopamina de la ilusión. El mundo necesita chucherías para estar distraído. Pero después de unos meses la cosa decae. El esquema es siempre el mismo: alguien o algo salta a la