Aquรญ va una historia.
Hace cerca de treinta aรฑos, un grupo de niรฑos preparaba solemnemente cada salida a la calle. Los fines de semana de Cabo de Gata eran generosos con el sol en invierno y permitรญan gastar la infancia sin necesidad de encerrarse bajo techo.
Esos niรฑos se calzaban unas Chiruca indestructibles que antes de ser un hit montaรฑero fueron un hit de mercadillo. Cogรญan los arcos hechos con caรฑas y cuerdas y las flechas seleccionadas entre las varillas mรกs rectas que caรญan del cielo tras estallar los cohetes de la feria.
Tras la puerta de la calle lo que habรญa era aire y libertad; todo un microdesierto de dunas que no tardarรญa en extinguirse a lomos de camiones que se las llevaban como รกridos para la construcciรณn.
Entre aquellas montaรฑas de arena crecรญan, ademรกs de caรฑaverales, tarays, lagartijas y flamencos, un universo de bestias dispuesto a ser atrapado por las rudimentarias e inรบtiles trampas hechas con botellas de plรกstico y cordeles.
Aquellos niรฑos, nosotros, salรญamos cabalgando en viejas bicis de cross como si fuรฉramos รngeles del Infierno. Y salรญamos a cazar monstruos. Esa era nuestra manera de ser intrรฉpidos como un goonie, o de ser un hรฉroe como Indiana Jones, o de formar el equipo perfecto como si fuรฉramos cazafantasmas. Esa era nuestra tribu y nuestro continente.
Desde hace unos dรญas, cuando se pronunciรณ este discurso, lo que era una filia convencional por una serie cualquiera se ha convertido en militancia, porque esos niรฑos que รฉramos han tomado partido para dejar claro el tipo de mundo por el que luchan.
[pullquote]Estamos unidos porque todos somos seres humanos que estamos juntos en este terrible, doloroso, dichoso, excitante y misterioso viaje que es estar vivos. Expulsaremos a los abusones, protegeremos a los raros y a los marginados, a los que no tienen hogar. Iremos mรกs allรก de las mentiras. Cazaremos monstruos.[/pullquote]
Ha pasado mucho tiempo y ya no hacemos un refugio con viejos tablones; hemos dejado de declarar guerras con dรกtiles verdes como municiรณn arrojadiza; hemos dejado de hacer hogueras al atardecer y hemos dejado de jugar partidos de fรบtbol en la arena cuyo campeรณn era el que aguantaba en pie durante mรกs tiempo.
Pero no deberรญamos olvidar a los monstruos a los que vencรญamos antes de volver a casa, exhaustos, para cenar un bocata de tortilla francesa y morir en la cama. Esos monstruos son ahora reales y quieren acabar con el mundo que conocemos, con nuestro invierno soleado perfecto, con un universo en el que todos somos cazafantasmas y luchamos en la misma tribu para que la diversiรณn y la empatรญa no mueran. Debemos cazar a los monstruos.
PD. Wynona, gracias por tanto.
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