A veces, lo doméstico y lo efímero adquieren una dignidad inesperada en el mundo del arte. Una ristra interminable de etiquetas de ropa revela, como si fuera un diario, los impulsos de consumo y las fases vitales de la artista. En otra pieza, decenas de recibos de comandas se transforman en pequeñas figuras de papiroflexia, meticulosamente plegadas durante las horas muertas en el café donde la artista trabajaba en Zúrich. Y en una de las obras más íntimas, una acumulación de cabellos recogidos a lo largo de los años muestra el paso del tiempo con una precisión brutal: del negro brillante al blanco ceniciento, una especie de reloj biológico hecho materia.
Presentada dentro del certamen Abierto Valencia 2025, la exposición How am I? marca la segunda muestra individual de Chingsum Jessye Luk (Hong Kong, 1982) en la galería Set Espai d’Art, donde puede visitarse hasta el 9 de noviembre. En ella, la artista continúa su particular indagación sobre los límites de lo artístico y su relación con lo cotidiano, construyendo una poética del tiempo, la memoria y la percepción desde los márgenes de lo trivial.
Su trabajo parte de una necesidad casi obsesiva de recopilar, medir, contar, acumular, catalogar, inventariar y alterar los elementos más banales de la vida diaria. De ese gesto metódico, a medio camino entre la disciplina y la contemplación, surgen obras que revelan la naturaleza cíclica e infinita del tiempo. Un elogio de lo insignificante, una poética de la repetición y, en última instancia, un autorretrato construido con los restos del día.
Dice Chingsum que intenta trabajar de la forma más autosuficiente posible, evitando materiales caros o exclusivos. «Es una decisión ecológica y anticonsumista, pero también una forma de rebeldía, un intento de democratizar los materiales del arte y rechazar la imagen romántica del pintor con su paleta o el escultor con su cincel».
Su mirada sobre lo trivial no busca belleza, sino lucidez. «La vida diaria es en su mayoría repetitiva y trivial. No podemos escapar de ella, aunque muchas veces ni la vemos a pesar de que siempre está delante de nuestras narices. Pero en lo cotidiano hay un enorme poder narrativo, si le prestamos atención. Recontextualizar lo trivial puede transformar nuestra comprensión de la realidad social».
Ser y estar
El título How am I? juega con la ambigüedad del inglés. Evoca el saludo rutinario How are you?, pero en este contexto se abre a un sentido más íntimo y reflexivo, que podría traducirse tanto como ‘¿cómo estoy?’ como ‘¿cómo soy?’. Dos preguntas que, en el trabajo de Chingsum, se convierten en un ejercicio de autoconciencia material y emocional. «La exposición puede verse como una especie de autorretrato no figurativo — explica la artista—. A través de las obras se puede intuir mucho sobre cómo estoy, si uno quiere. Pero detrás de esa pregunta hay otra, más difícil: ¿cómo debería estar?».
El eje conceptual de How am I? se articula en torno a la tensión entre ser y llegar a ser, entre identidad y estado. «No lo entiendo como una oposición, sino como algo fluido y complementario —aclara—. Las obras presentan fragmentos de ciertos estados del ser, a partir de los cuales pueden inferirse o asumirse ideas sobre mi identidad».
Esa fluidez se traslada también a su forma de trabajar. Todo suele empezar con algo de la vida diaria que le resulta desconcertante. «La fase inicial es intuitiva, pero cuando llega el momento de producir la obra, ya he pasado por un largo proceso de reflexión y experimentación. Entonces se vuelve más metódico».
La repetición y la acumulación son, para ella, estrategias de resistencia. «Uso esas estrategias para hacer visible el paso del tiempo y poner el proceso y el resultado en el mismo plano. No lo considero algo meditativo, sino una forma de atención intensa y sostenida».
El tiempo, en su obra, no es una abstracción, sino una materia que se cultiva. «Paso mucho tiempo en mi huerto antes de que llegue la helada. La jardinería tiene mucho en común con mi trabajo: requiere tiempo, cuidado y paciencia. La cosecha es una alegría, claro, pero el concepto de ‘mala hierba’ me fascina aún más: cómo algo puede ser valioso para uno y molesto para otro».
Zúrich y Hong Kong
Nacida en Hong Kong y formada en Zúrich, su biografía atraviesa dos tradiciones culturales que, en apariencia, se contraponen, aunque ella evita cualquier lectura simplista. «No pienso conscientemente en esa mezcla —admite—. Sería impreciso, aunque no del todo falso, decir que mi trabajo combina la ética zwingliana del esfuerzo y la frugalidad con una búsqueda taoísta del equilibrio y la armonía. En realidad, la estética de cualquiera está influida por una combinación única de factores, como los orígenes, la educación, el entorno, la clase, la geografía… Todo está entrelazado».
How am I? no ofrece respuestas, sino preguntas abiertas. Cada pieza es una invitación a mirar más despacio, a detectar los hilos invisibles que sostienen la vida. «Espero que la exposición estimule el pensamiento y genere conversaciones —concluye Chingsum—. Que haga que el público se pregunte a sí mismo: ¿cómo estoy yo?».