Dicen del martes que ni es día de bodas ni es día de embarques. Del cine, en cambio, no han dicho nada. Este debe ser el día, entonces, para celebrar las sesiones de cine Los martes invaden la Tierra. Una experiencia que puede llamarse también MIT y que consiste en una sesión de cine en un salón de casa, en versión original, con un proyector Optoma, unas palomitas gurmé, un gin tonic, un snack y unos veintitantos cinéfilos más.
La estrategia ya está diseñada y la invasión se producirá después del verano. Será entonces cuando los salones de varias decenas de hogares de muchas ciudades de España se hayan convertido en salas para cinéfilos que quieren ver estrenos mundiales, películas comerciales, largos excluidos del circuito convencional, films que no han conseguido un estreno, cortos interesantes, piezas hiperpremiadas, trailers desconocidos…
El proyecto es de la productora Harkonnen Media Arts y, para llevarla a cabo cuenta por el momento con la colaboración de Optoma y Zaramama. Los primeros aportan los proyectores que exhibirán las películas en las paredes blancas y sin gotelé de las salas MIT. Los segundos ofrecen las palomitas que los asistentes se comerán durante la película y que se califican como gurmé porque proceden de cultivos biológicos de Canadá. El gin tonic y el snack están aún en negociaciones.
“Nosotros diseñamos la experiencia y aconsejamos sobre los detalles de la sesión y la preparación de la comida y la bebida”, explica Antonio Dyaz, fundador de Harkonnen Media Arts. “La intención es que un experto en cine haga la presentación de la pieza que van a ver y que después de la película sigan todos el encuentro en un bar cercano. El franquiciado que organice la experiencia MIT puede negociar precios especiales en un local de la zona para continuar ahí la velada”.
La película dará lugar al momento 2.0. Del visionado pasarán a los comentarios en redes sociales y también en la web de Los martes invaden la Tierra, que funcionará, según Dyaz, “como una red social de cine”.
El director de cine ha previsto un paso más en la experiencia y lo ha llamado 3.0. Es cuando los asistentes bajan al bar. “Es el momento carnal. Cuando de la conversación en las redes se pasa a la charla en persona y el ligoteo”, especifica.
Dyaz insiste en que Los martes invaden la Tierra no pretende competir con las salas de cine convencional. “Es una experiencia distinta. Tendrá un precio de 12€ y ahí se incluye la película, las palomitas, el snack, el gin tonic y la introducción o charla sobre el film. Nuestra intención es que los asistentes, además de hablar en las redes sociales, nos informen de películas que les puedan interesar y nosotros negociaremos para conseguir los derechos de reproducción. Queremos que las experiencias funcionen como filmotecas deslocalizadas”. E incluso “que acabe habiendo una experiencia MIT en el MIT”, bromea.
El director de cine habla del lado cultural del proyecto. “Es cine deslocalizado y permanente. Es una forma nueva de promocionar el cine. Es una propuesta lúdica y local. Modesta pero con ambiciones. Queremos que las experiencias MIT se anuncien en las carteleras y en los periódicos de las ciudades. Es una forma de hacer llegar cine en versión original a personas de poblaciones pequeñas y fomentar que se conozcan los cinéfilos de cada ciudad”.
Pero, mirando desde otro lado, puede verse otra vertiente. La del “autoempleo”. “Es una forma de que decenas de personas abran un negocio mediante una franquicia que cuesta 5.900€”.
Los martes invaden la Tierra, aprovechando el día, presenta esta tarde en Utopic_US (Madrid), a las 20.00, este proyecto que, según Dyaz, “quizá no pueda salvar el mundo”. Pero algo se puede hacer. “Aún podemos evitar que los marcianos lo encuentren hecho una porquería”.