El Club de la Lucha Feminista

9 de marzo de 2018
9 de marzo de 2018
4 mins de lectura

¡UNO, DOS, TRES!

Aquí van tres ideas y algunas cifras para que te enteres (más o menos) de que va la homilía de hoy.

  • Igual ni te diste cuenta, pero ayer se unieron a la movilización del 8M millones de mujeres. Otras quisieron pero no pudieron y muchos hombres apoyaron la reivindicación.
  • Si alguna organización deja el debate por la igualdad fuera de la agenda, se queda en fuera de juego. Hacía gracia ver ayer a algunos políticos ponerse detrás de la pancarta cuando se percataron de que la cosa cogía inercia. Sí, los mismos que anunciaban durante la semana que no secundarían el paro.
  • El 8 de marzo ha pasado. ¿Qué vas a hacer a partir del 9? Lo primero que deberías asumir es que muchas de las conductas que te enseñaron como normales son tan anómalas como escupir en el autobús, que era algo que también se hacía décadas atrás.
49
MUJERES ASESINADAS EN 2017
Más que en 2016. También aumentaron con respecto al año anteior los avisos por violencia en el seno de la pareja, de 129.193 a 142.893.
12.7%
BRECHA SALARIAL
Se ha dio reduciendo cada año, pero sigue existiendo. Eso significa que ellas, el final del año se lo trabajan por la cara. Aquí hay más datos acerca del tema.
6
MILLONES DE MUJERES
Esa es la estimación de la mujeres movilizadas ayer en la reivindicación del 8 de Marzo.
27
DE 188
Ese es el puesto que ocupa España en el ranking del Índice de Desigualdad de Género


Intro image

DEBES HABLAR DEL CLUB DE LA LUCHA FEMINISTA

El Club de la lucha era una hermandad de señoros que quedaban para zurrarse la badana y dejar fluir la testosterona. En realidad, la cosa es algo más compleja, pero no te voy a contar más, no vaya a ser que seas una de las 11 personas vivas que aún no ha visto la película. Ese club, como todos en la vida, tenía unas normas. La primera regla del Club de la lucha era que no se podía hablar sobre el Club de la lucha. La segunda regla del Club de la lucha era que no se podía hablar sobre el club de la Lucha. Como ves, encerraba una complejidad extrema: darse hostias como panes y no hablar de ello con nadie.

La periodista y editora del New York Times Jessica Bennet acaba de lanzar un libro en el que cuenta otras historia de una entidad homónima: El Club de la lucha feminista (Conecta, 2018). Este club, como es de imaginar, está formado exclusivamente por mujeres y, en lugar de estopa, se reparte ensalada de pasta, vino y sororidad.

Sus reglas son totalmente opuestas a las del club de Brad Pitt y empiezan así:

  1. Debes hablar del Club de la lucha feminista.
  2. ¡¡¡DEBES hablar del Club de la lucha feminista!!!
  3. Luchamos contra el patriarcado, no entre nosotras.

Y así sigue la cosa hasta ocho normas que hablan de mantener la vagina firme, de inclusividad y de una larga batalla.

El libro de Bennett habla de mandar al carajo creencias decimonónicas y conductas que se daban por normales, y empezar a llamar a las cosas por su nombre, sobre todo en los entornos laborales. De hecho, el subtítulo del libro es «Manual de supervivencia en el trabajo para mujeres».

El Club de la lucha feminista no es más que una reunión de mujeres que se apoyan, se ayudan para identificar patrones de acoso y conductas perniciosas y piensan juntas soluciones para acabar con esa mierda. O sencillamente, lloran juntas y expulsan a los demonios interiores. La cosa comenzó en Nueva York, pero el modelo es replicable y transportable a todo el mundo. Solo hace falta un espacio libre de hombres, algo de comer y ganas de compartir.

El libro de la periodista estadounidense explica con ironía y cinismo cómo se formó el club, cuáles son sus objetivos y una serie de estrategias para acabar con el machismo en el trabajo, que pasan por identificar al enemigo, identificar los propios miedos que hacen que una misma sea su propia enemiga, tácticas de defensa y ataque e incluso recursos para la negociación. Además, el libro se cierra con una relación de colectivos, artistas y entidades feministas de lo más alimenticio.

Foto de Anahí Ruiz

UNA LÍNEA TEMPORAL

Para que conozcas algunas fechas clave.

1791
 

 

Primeros pasos
Aunque hay precedentes anteriores a la Ilustración, es la Revolución Francesa la que marca el inicio de los derechos de la mujer como tales. Tardan dos años tras la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, sí, pero en 1791 llega la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
1848
 

 

El origen del movimiento
En la Convención de Seneca Falls (Nueva York), 100 mujeres firman un documento en el que denunciaban las limitaciones que sufrían por su género. Es uno de los documentos fundacionales del movimiento.
1893
 

 

El sufragio femenino
Nueva Zelanda es el primer país del mundo en aprobar el sufragio femenino. En España, se reconoce en la Constitución de 1931.
1953
 

 

El segundo sexo
Se traduce al inglés el libro de Simone de Beauvoir poniendo la semilla de lo que sería la Segunda Ola del feminismo y el Movimiento de Liberación de las Mujeres.
1989
 

 

La tercera ola
Rebecca Walker, -hija de Alice Walker, escritora y feminista afroamericana y autora del «Color Púrpura»-, publica un artículo titulado Becoming the Third Wave (Convirtiéndose en la Tercera Ola). Aquí tienes el texto de Rebecca Walker traducido al español.

AMPLÍA INFORMACIÓN

Estos tres artículos te ayudarán a entender mejor de qué va todo esto.

 

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