La vida, a veces, nos regala metáforas. Solo es cuestión de saber verlas, entenderlas y representarlas. A Cynthia Nudel una de esas metáforas se le presentó en forma de galgo.
Esta artista argentina afincada en España dice tener una conexión especial con estos animales, una de las razas caninas más maltratadas de nuestro país. Gracias (o por culpa de ello) a ser los perros ideales para la caza y para las carreras, se convierten en perros de usar y tirar, en algo que se desecha cuando ya no sirve, como la basura.
De desechos, por otro lado, Nudel extrae gran parte de los pigmentos que utiliza para sus obras. Donde otros ven basura, ella ve oportunidades.
«Hace tiempo me fui a vivir en plena naturaleza y ahí decidí comenzar a trabajar exclusivamente con desechos orgánicos —explica—. Supongo que sentirme conectada de nuevo al entorno natural me hizo replantearme el tipo de materiales que quería utilizar en mis creaciones. Uno de mis lemas es “crear sin destruir”, es decir, tratando de respetar el medio ambiente». Y nada más respetuoso con el medio que el reciclaje.
El proceso de extraer pigmentos de la basura requiere de varias etapas. Primero, hay que obtener un tinte de ese desecho orgánico cociéndolo. Después, hay que pasar ese líquido a sólido. Por último, el resultado se muele hasta convertirlo en polvo, se mezcla con aglutinante y ya está listo para usar.
Sin embargo, no vale cualquier desperdicio ya que no de todos se puede obtener un color permanente. «Algunos desechos dan colores interesantes pero que desaparecen en poco tiempo, así que prefiero usar aquellos que son duraderos». Principalmente, son esos los pigmentos que utiliza, pero hay colores, como el blanco, para los que aún no ha encontrado una alternativa natural que sea estable, así que utiliza gesso para obtenerlo.
También utiliza carboncillo, grafito y papel reciclado para aportar textura. «En otras piezas he utilizado como reemplazo de la pintura retales de telas que he teñido con materiales naturales. Me encanta experimentar y probar nuevas técnicas y materiales».
Lo más gratificante, cuenta Cynthia Nudel, es la satisfacción de poder elaborar sus propios materiales; hace que conecte con ellos de una forma especial y eso, asegura, se refleja en sus obras. «También su apariencia y textura es diferente a la de las pinturas convencionales, lo que los hace únicos. Creo que aportan personalidad a mi trabajo».
En contra, también plantean algunas limitaciones como conseguir tonos precisos, pero eso le hace ser más creativa, tal y como ella asegura. «Intento utilizar siempre desechos que están a mi alcance, así que mi paleta de colores es muy concreta, aunque continuamente añado nuevos tonos que voy descubriendo».
Y entonces llegó la revelación: si era capaz de dar nueva vida a lo inservible transformándolo en herramienta de belleza, cómo no se iba a poder hacer lo mismo con un galgo despreciado y abandonado. El simbolismo entre galgos y pigmentos naturales se presentaba claramente ante sus ojos. Así surgió La mirada de un galgo, un proyecto con el que quiere recaudar fondos para ayudar a la protectora Galgos del Sur y dar una nueva oportunidad a esos perros.
«Al igual que ocurre con las protectoras y los galgos, elaborar las pinturas de esta manera les da a los desechos una segunda oportunidad, así que era una forma de dar coherencia a las obras. En realidad, no fue algo premeditado, sino que es una conexión que se dio de manera natural».
Pero Nudel quiso centrar la atención no tanto en la figura del perro, sino en su mirada. «La mirada lo dice todo. Tienen una mirada muy especial en la que se mezcla tristeza con esperanza, sufrimiento con ganas de vivir…». Si esa mirada ha sido capaz de conmover a personas muy acostumbradas a trabajar con perros, como las de la protectora con la que colabora, es lógico que al espectador también le impacten. El arte, afirma la artista, debe servir para despertar conciencias.
«Creo que a veces nos olvidamos de algo obvio, y es que nosotros mismos somos naturaleza. Por eso, alejarnos de ella implica también perder la conexión con nosotros mismos», comenta Cynthia Nudel.
«El arte siempre ha sido un componente muy importante en nuestra naturaleza, desde el momento en que comenzamos a pintar en la roca de las cavernas. Cuando nos convertimos en adultos, muchos empiezan a ver el arte como algo accesorio y superficial, o incluso infantil. En mi opinión, esto es un enorme error. Yo recomiendo a todo el mundo que vuelva a dibujar, o pintar o realizar cualquier actividad creativa».
«Y también está el punto de vista del medio ambiente —concluye—. Me parece importante que los creadores y artistas nos planteemos qué impacto tienen los materiales que usamos, nuestros hábitos, etc., para así llevar una actitud responsable no solo en nuestra vida personal, sino también profesional».