En un tiempo en el que lo inmediato ya no es suficiente para satisfacer las necesidades de las personas consumidoras, el significado de lo real cobra más importancia que nunca para encontrar la frescura en un entorno saturado.
Podría decirse que la de arriba es la principal conclusión que recoge el Consumer Trends 2025*, donde se observa cómo las personas replantean su manera de entender el bienestar, el consumo y las condiciones de vida, enfrentando nuevos dilemas que cuestionan los pilares de lo que hasta ahora se consideraba necesario e inamovible. En este escenario urge una búsqueda de nuevos sentidos basada en el deseo colectivo de volver a lo auténtico, de reconectar con aquello que es real y duradero, en contra del ritmo acelerado habitual, que exige respuestas rápidas y superficiales.
El avance imparable del ámbito digital, aunque ha optimizado nuestras vidas en muchos aspectos, también ha generado una desconexión con lo auténtico cada vez más palpable. Lo artificial, lo acelerado y la hiperconectividad, lejos de brindar más comprensión y capacidad, han generado una fragmentación de la atención y una sensación de estancamiento social generalizada. Lo que antes se percibía como progreso, hoy se siente como sobrecarga y la sociedad parece encontrarse atrapada en una monotonía de la inmediatez, en la que la digitalización y la velocidad han trastocado la percepción del tiempo.
Las personas redescubren el valor de lo genuino, de aquello que realmente trasciende y conecta. Nos encontramos en una encrucijada en la que las fórmulas del pasado — fórmulas clásicas, probadas — vuelven a cobrar protagonismo en un intento de ahondar en lo que alguna vez pareció claro, pero que poco a poco ha ido perdiendo su significado. Aquello que hasta ahora se consideraba esencial, se examina en este momento con nuevos ojos.
Un contexto clave que no solo moldea la agenda actual, sino que también transforma la forma en la que empresas, administraciones y sociedad interactúan y evolucionan y que concentra una serie de activadores desde los que se construyen las que, parecen, serán las tendencias que dominen este nuevo año.
Entre ellos, vemos que las dinámicas que antes regían nuestra forma de vivir y consumir están siendo sometidas a un replanteamiento profundo. El individualismo y las opiniones polarizadas han dado paso a una reflexión conjunta que busca redefinir las normas establecidas. La sociedad cuestiona ahora lo que durante mucho tiempo ha sido visto como esencial y se sumerge en un proceso de reinterpretación de lo que es real y lo que importa.
Un proceso dimensionado por la brecha cada vez más amplia entre clases, la emergencia de nuevos iconos y la irrupción de la inteligencia artificial en la vida real, que reconfiguran el entorno en el que las personas encuentran sentido y valor. Incluso aquello que antes se consideraba mediocre o incorrecto está siendo reivindicado como parte de una nueva narrativa que busca desafiar las convenciones.
Asimismo, la llegada de nuevas generaciones con una mentalidad crítica y disruptiva también juega un papel clave en este contexto, que pone en jaque los comportamientos de consumo establecidos, marcando sus propias reglas y valores.
Un escenario que, nuevamente, plantea retos y oportunidades para las compañías, que deberán definir con precisión sus límites y actuar en consecuencia, evitando caer en contradicciones. El desafío estará en comprender claramente en qué punto están y hacia dónde quieren dirigirse para adaptarse de manera coherente y estratégica.
Con este marco, en la nueva edición del informe se recogen una serie de tendencias basadas en las conexiones genuinas, la autenticidad y las nuevas dinámicas culturales. Desde la recuperación de las relaciones personales, el relevo de iconos, la rebelión contra ideales establecidos y la apropiación de la rutina, hasta la saturación tecnológica, entre otras cuestiones, estas corrientes pretenden aportar una visión profunda y comprender el resurgir del deseo por encontrar el significado real de las cosas. Un deseo al que responder sin soluciones tecnológicas, basado, únicamente, en la recuperación de lo que verdaderamente importa.
Por delante, un año crucial, aún por escribir, en el que cada persona asumirá el reto de reconectar con aquello que le devuelve a la realidad, a lo trascendente y terrenal, en favor del bienestar global y colectivo para la construcción de una sociedad más justa, equitativa y sostenible. 2025 será el año que nos lleve a la búsqueda de lo esencial.
Diseñar en la prospectiva para la búsqueda de lo esencial
Asumir la prospectiva como una estrategia proactiva se consolida casi como el único camino hacia el éxito y la competitividad en un contexto en constante cambio y evolución. Las personas consumidoras han aprendido a fluir en la incertidumbre de los últimos tiempos y, ante esto, las empresas enfrentan el desafío continuo de adelantarse y adaptarse de manera rápida y eficaz.
En este sentido, es necesario entender que el diseño impulsa la investigación y el estudio de tendencias a su potencial aplicación estratégica en soluciones concretas de negocio.
Abordar las tendencias desde el diseño permite que su aplicación transforme el rumbo de compañías y sectores.
En un mundo donde la innovación y la anticipación son clave, el valor diferencial reside en la transformación de desafíos en oportunidades. Trabajar la prospección con el diseño estratégico como motor principal permite no sólo enfrentar desafíos actuales, también ampliar la perspectiva para mejorar la rentabilidad, eficacia y competitividad de las compañías y, por ende, la vida de las personas, para construir proyectos que, más allá de anticipar el futuro, lo crean.
Miguel Zorraquino es presidente de Zorraquino
* Consumer Trends es un estudio de tendencias de mercado y consumo realizado por Zorraquino para entender las necesidades y demandas de la población que determinarán el devenir del año y las respuestas y estrategias que pondrán en marcha compañías y entidades para responder a este sentir.