El nini, el chapuzas y el personaje desafían a la naturaleza

18 de febrero de 2015
18 de febrero de 2015
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Una serie de moradores de la península ibérica sobrevive a la crisis desafiando a las leyes de la naturaleza. Estas criaturas deberían haber desaparecido durante este aciago período de la Historia reciente. Sin embargo, convirtieron sus debilidades –sus señas de identidad– en recursos para su protección.
EL NINI
Entre las criaturas que sobreviven a la crisis, el nini es quizá la que sobresale. Instalado en la sociedad hace tiempo, encontró en la crisis la justificación de su modus vivendi.
«Es que no hay náh», es el argumento que utiliza el nini para aferrarse sus costumbres. De esta manera, el nini pretende mimetizarse como una persona que busca de empleo sin suerte o continúa los estudios, cuando no pretende ni lo uno ni lo otro.
Criatura de hábitos nocturnos, cuando despierta permanece semivegetativo navegando por Internet e interactuando digitalmente con otros de su especie. Su refugio, desordenado dormitorio, alberga un microclima y una fauna bacteriana propias. Sólo abandonará su cueva para el aseo o proveerse de alimentos de la nevera. Su alimentación carece de variedad: alimentos precocinados y bollería industrial.
EL CHAPUZAS
El chapuzas es una criatura oportunista. Esto le permite sobrevivir a la crisis aunque está inmerso en un competitivo mercado laboral.
El chapuzas clásico ejerce como electricista en la mañana, albañil al mediodía y fontanero en la noche. En cualquier caso, sus reparaciones hacen honor a su nombre. No obstante, quien contrata a un chapuzas sabe por experiencia qué espera por lo que paga.
El chapuzas asiste a las reparaciones, la mayoría de urgencia, con pantalón de chándal, zapatillas deportivas de mercadillo y camiseta de AMORTIGUADORES HNOS. GALLEGO. Por caja de herramientas, una mochila deportiva o bolsa de Mercadona.
«Eso te lo arreglo yo en náh», dice el chapuzas a sus clientes aún antes de una detenida observación. A media mañana, si el dueño de la casa ofrece café, el chapuzas pedirá cerveza, «que es lo pega ahora». Finalmente, acababa la tarea, el cliente deberá asumir la limpieza y recogida de los restos.
En la pre-crisis, los chapuzas sobreviven porque los profesionales son caros y están ocupados. Con la crisis, aunque los profesionales bajaron los precios, los chapuzas no desaparecieron. Los chapuzas están cerca, en el mismo barrio, preparados para una rápida intervención. Que sean conocidos, es también una suerte para los chapuzas.
EL PERSONAJE
Realmente, nadie sabe de qué vive esta criatura (que se autopresenta con las siglas) habitual de eventos y saraos artístico-culturales.
El personaje es fácilmente distinguible de los demás asistentes al evento. Si comentáis a una persona que P.B. os ha saludado, vuestro interlocutor dirá: «Ah, P.B., un personaje en este mundillo». Preguntad qué hace P.B. y el interlocutor os dirá: «No tengo ni idea».
El personaje va cargado con tarjetas de visitas con distintas profesiones: representante de (…), director de (…), experto en (…) Empresas inventadas por el personaje y sin más presencia en el mundo que una página web. Pocos afirman haber trabajado con el personaje.
Por lo general, la última actividad conocida del personaje se remonta al «año pasado», en el que fue jurado en un festival de cortometrajes de su pueblo o asistió a la inauguración de una galería de arte alternativa.
El nini, el chapuzas y el personaje son criaturas autóctonas que permanecerán durante mucho tiempo entre nosotros porque saben adaptarse a los peores momentos.
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Otras criaturas ibéricas:
El español del momentito
El español revenido
El tonto que no lee los carteles
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Nota: Ilustración del autor sobre imagen original de Alan Light

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