La sensibilidad humana es caprichosa. Se muestra voluble y maleable con temas que parecerían importantes e implacable con la mayor de las frivolidades. Y aquí llegó el fútbol y los colores que alimentan una rivalidad centenaria.
Es probable que el personal de Cristalería Chamberí, un negocio madrileño que se dedica a la venta e instalación de cristales y a la enmarcación de fotos y cuadros, lleve una hora escuchando sin parar cómo suena el teléfono. Lo más probable es que un gran porcentaje de esas llamadas provenga de exaltados aficionados del Club Atlético de Madrid. Esa es la consecuencia de que la cristalería se haya convertido en trending topic mundial alrededor de las 5 de la tarde de hoy lunes. ¿Cómo se ha convertido esta cristalería en la más famosa del planeta?
Todo comenzó hace una semana. El escritor doctor en Ciencias Sociales Juanes Rodríguez se acercó al establecimiento a enmarcar una foto propia en la que posa junto a los trofeos más importantes conseguidos por el Atlético de Madrid. La reacción de la persona que le atendió en la cristalería podría calificarse como de irónica.
Esa conversación no habría pasado de una anécdota con más o menos gracia si no se hubiese convertido en efervescente a causa de la viralidad y la extrema sensibilidad que levanta el juego de la pelota en un país como España.
Las reacciones han desatado una competición en la que la ausencia de mesura es el signo más distintivo. A la vez, Cristalería Chamberí se ha visto como objeto de loa por parte de la parroquia madridista y como pim pam pum por parte de la afición colchonera.
El perfil de Google del negocio madrileño, que contaba hasta con sólo tres opiniones acerca de sus servicios, muestra ahora 152 valoraciones que, por su puesto, se mueven entre un extremo y otro. Por el lado blanco:
Las opiniones rojiblancas no son tan amables.
La tónica en Twitter ha mantenido un tono parecido. Los ha habido entregados a la causa que quisieron, desde el principio, formar parte de esta oleada maravillosa y hacer uso de los servicios de la cristalería.
Los que casi piden el Nobel que no acaba de aceptar Bob Dylan para el dependiente del establecimiento.
Los que piensan que, de verdad, Twitter merece la pena por momentos como el de Cristalería Chamberí.
Finalmente están las tangencialidades que acercan el tema a la política. Por un lado, Gabriel Rufián estirando el chicle del humor hasta convertirlo en insípido.
Por el otro, el PSOE y Pedro Sánchez pillando cera también por este lado.
Así, con esa retroalimentación de ida y vuelta desde Chamberí hasta el Vicente Calderón, el Bernabeu y sus vitrinas de cristal, una pequeña cristalería madrileña ha visto cómo su nombre aparecía en medios de todo pelaje. ¿Cuánto vale una campaña así?
Las Redes Sociales son lo que son y no se puede esperar más de ellas, pero que un supuesto Doctor de Ciencias Sociales utilice palabras como «subnormal» o «cretino», y que encima sea profesor, para quejarse del trato recibido en un establecimiento denota la altura a la que está llegando la educación española. El respeto ante todo, señor Juanes: quizás el comentario del cristalero estuviera fuera de lugar o a usted no le gustara pero ¿o acaso usted nunca ha bromeado con algún contratiempo en equipos de futbol rivales? Un título universitario no le pone por encima de nadie.
El propietario de la tienda que es quien le atendió es amigo mío e incapaz de ofender a nadie, sea del Atleti o de lo que sea, se trata de una persona muy discreta y enemiga de polémicas, lo que si tiene en un buen sentido del humor y amigo de sus amigos. «Atléticos no os molestéis que no lo hizo con mala fe»
Miguel Perellonet