El pene es el dibujo por antonomasia que se puede encontrar estampado en las paredes de cualquier urinario público, ya sea en garitos canallas o en museos y otras instituciones más serias. Miles de artistas anónimos contribuyen cada día a adornar con falos estos lugares, no se sabe bien si para remarcar su condición masculina o para expresar el deseo de aquello de lo que carecen y les gustaría conseguir, como dicen que hacían los hombres del Paleolítico cuando llenaban las paredes de sus cuevas con escenas de caza.
Pero quizá los penes más famosos de todos los tiempos sean los que el artista norteamericano Keith Haring realizó en los baños del LGBT Community Center de Manhattan (Nueva York) en el año 1989.
Hearing aceptó el encargo de esta institución de pintar un mural en sus instalaciones, cuentan en Artsy, pero el artista eligió un lugar poco convencional para hacerlo: el cuarto de baño masculino de la segunda planta del edificio.
Era una época en la que el sida causaba estragos entre la población homosexual y el gobierno conservador de Reagan se negaba a invertir ni un solo dólar en investigación para lograr una cura a esta terrible enfermedad, mientras culpabilizaba a este colectivo de la transmisión del virus.
El mural de Haring, ferviente activista de los derechos de gais y lesbianas, es todo un canto a la alegría de la vida, un alegato por la práctica del sexo seguro, pero sin censuras ni vergüenza. Diagnosticado con la terrible enfermedad apenas un año antes de pintar el mural, Haring tituló su obra Once Upon a Time, haciendo referencia a aquellos tiempos felices del amor libre antes del sida.
La obra se restauró en 2012 y el espacio se volvió a abrir al público desde entonces. Hoy han desaparecido los retretes y los lavabos, pero los dibujos de Keith Haring no han perdido ni un ápice de la fuerza y la alegría de vivir que el artista siempre supo plasmar en su obra.