El primer cuento de hadas transgénero

26 de noviembre de 2015
26 de noviembre de 2015
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El príncipe está triste… ¿Qué tendrá el príncipe? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. El príncipe está pálido en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El príncipe no ríe, el príncipe no siente; el príncipe persigue por el cielo de Oriente la sensación de que dentro, en realidad, es una princesa.
Una vuelta de tuerca al género del cuento de hadas, con su primer protagonista transgénero, que el actor estadounidense Greg McGoon ha realizado en su segundo libro infantil, The Royal Heart.
«Yo crecí con cuentos de hadas y siempre quise crear uno propio, como mi forma de traer algo de magia de vuelta a mi vida», explica en un correo electrónico. «Cuando estaba desarrollando ideas para la historia, era importante para mi usar personajes LGTBQ debido a que están muy raramente representados en estos cuentos». Siendo el tema la autoestima y la autoexpresión, se dio cuenta que este tipo de historias suelen tener momentos de transformación.
Cenicienta va de criada a princesa, la Sirenita gana unas piernas y pierde una voz, la reina de Blancanieves se transforma en anciana, las ranas pueden ser príncipes y viceversa… «En ese momento lo vi claro: ¿qué pasaría si el momento de transformación tuviera que ver con el crecimiento y reconocimiento personal?», rememora, «uniendo mente, cuerpo y espíritu y reconociendo la belleza en ello».
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La historia del cuento de McGoon, resumida, consiste en que el príncipe Lyric debe seguir los pasos de su padre y convertirse en monarca de un reino mágico. Para según va creciendo, siente que no es quien es y que no será capaz de heredar la corona. Así que decide escaparse para encontrar el espíritu de su abuela, que lo ayuda transformándolo en una princesa llamada Lyra. Ya con su verdadero yo, la heredera retorna y acaba dirigiendo sus dominios bajo su auténtico ser.
«El mensaje del cuento es que no hay que huir de uno mismo ni ignorar tu voz interior, así como que debes amar a la gente por ser quien es de verdad», reflexiona McGoon. «Incluso para los niños que no sean transgénero tiene valor ya que les permite experimentar esta historia y entender que alguien puede tener problemas con su identidad de género».
«Quería crear una historia que se sintiera antigua, que había estado durante años allí, que pudiera ponerse al lado de los cuentos de hadas que llevan con nosotros cientos de año, un estilo clásico con el que llegar a grandes audiencias, ya que las historias de príncipes y princesas son muy populares entre los niños».
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