Dicen que EEUU ama el litigio. Cualquier asunto puede acabar en los tribunales. Pero el pasado, a menudo, guarda una historia que muestra que hasta lo mรกs insรณlito puede tener antecedentes remotos. La intenciรณn de ganar un sobresueldo por un pleito viene de antiguo.
Ocurriรณ en Parรญs. Empezaba el aรฑo 1930 y una ยซopulenta dama suramericana que residรญa en la capital francesaยป presentรณ una denuncia al juzgado. Pedรญa una indemnizaciรณn de 100.000 francos por un hecho que podรญa arruinar su vida.
ยฟQuรฉ fue semejante atropello?
En una mudanza le perdieron ยซun trozo de cuerda de ahorcadoยป.
La mujer citada sin nombre, como solรญan hacer los periรณdicos de la รฉpoca, aseguraba en su denuncia que la soga ยซle habรญa dado siempre muy buena suerte y habรญa determinado su prosperidadยป.
En la denuncia alegรณ tambiรฉn que su marido habรญa estado 20 aรฑos buscando yacimientos de petrรณleo sin ningรบn รฉxito hasta que le regalaron la cuerda. Dรญas despuรฉs, el hombre dio por fin con lo que persiguiรณ durante dos dรฉcadas.
La soga, ademรกs, hizo que la mujer ganase ยซun importante premio en un sorteo de la Loterรญa espaรฑolaยป. La noticia, que saliรณ en Paris Midi y fue recogida en nuestro paรญs por el diario El Sol, indicรณ que el director de la agencia que intervino en la mudanza declinรณ toda responsabilidad y que su abogado creรญa que la denunciante perderรญa el pleito.
Imagen de portada de Scott Clark, reproducida bajo licencia CC.