No mires a otro sitio, todos hemos pasado por esto. Hemos ido con otras personas al cine y hemos sido nosotros los que hemos elegido la película… que ha resultado ser un enorme truño. Los demás se fiaron de nuestro aparentemente sano juicio, de nuestro criterio para determinar la calidad de algo semidesconocido a partir de pasadas experiencias cinematográficas. Mal. Se fiaron mal. Nuestra defensa se escudó en esos sugerentes posters publicitarios con el nombre de ese prestigioso director impreso en letras dominantes que luego resultó ser el duodécimo productor ejecutivo. Pero no valieron lloriqueos, hubo que depurar responsabilidades. Sanciones. A nadie le gusta que pisoteen sus tiernas expectativas. Si vamos a ver algo cutre, que sea lo más cutre, lo peor, lo mejor de lo peor y que se nos atraganten las palomitas. Como en la CutreCon, el festival internacional de cine cutre de Madrid que se celebra del 29 de enero al 1 de febrero y que nos anuncia con letras bien grandes de WARNING que vas a ver pelis tan tan cutres que te van a gustar.
Si has seguido leyendo puede que seas de esa clase de personas visionarias que se deleitan discerniendo la belleza que se esconde tras una mierda seca de perro. Eso está bien, pero la CutreCon no solo va de eso. Según, Carlos Palencia, director del festival y webmaster de cinecutre.com, «el atractivo está en enfrentarte a imágenes y secuencias que jamás pensaste que alguien en su sano juicio se atrevería a rodar. Son películas que te rompen los esquemas, que cuesta creer que existan y ante las que no te queda más remedio que reír y reír. Y si encima las ves con un montón de amigos dispuestos a pasarlo bien, como ocurre en CutreCon, pues la experiencia es absolutamente hilarante».
Si en la edición anterior se mofaron de los festivales de provincias, esta edición contará con hasta 18 películas que en su mayoría girarán en torno a tres ejes temáticos: los luchadores mexicanos, la bruceploitation (pelis que explotaron con mucho morro el fenómeno Bruce Lee) y las comedias con zombis. Las entradas de la primera sesión de una de estas de zombis, Zombeavers (castores zombis), se pueden comprar en Cutrecon.com y en la web del Callao City Lights (Palacio de la Prensa), sede de lujo que se une a sus habituales, el Auditorio del Centro Cultural Casa del Reloj y la sala Artistic Metropol.
«La CutreCon nace en diciembre de 2011 para celebrar los 10 años de existencia de la web de cine y humor cinecutre.com», nos cuenta Carlos Palencia. «Desde casi los inicios de dicha web, una o dos veces al año, los miembros del portal nos juntábamos con unos pocos fans (15-20 personas como mucho, alguna vez 30) para ver películas casposas en salones o sótanos de bares. Vamos, que básicamente eran reuniones de amigos. Llegados los diez años, se nos ocurrió hacer una de esas quedadas pero un poco más grande de lo habitual. Mientras buscábamos algún lugar con aforo para 60 o 70 personas como mucho, nos llamó un colega (responsable de Cortoespaña) y nos dijo que acababa de reservarnos por su cuenta un auditorio de 300 personas en Matadero. La idea inicial era que solo hubiera una única CutreCon, pero debido a la increíble acogida, decidimos convertirlo en una cita anual y aquí estamos».
Le pregunto a Carlos algo sumamente pertinente, a mi parecer: ¿cuáles son los criterios básicos que determinan que una peli es cutre?
«En cinecutre.com consideramos que una película genuinamente cutre es aquella que, en contra del propósito de los creadores, sale estrepitosamente mal. Esas son las más divertidas, aquellas en las que te das cuenta de que los responsables trataban de hacer algo serio y de calidad y el resultado es una verdadera chapuza y de auténtica vergüenza ajena. La CutreCon se centra en ese tipo de películas, a las que normalmente nos referimos como comedias involuntarias».
«En contra de lo que piensan los neófitos, el presupuesto del filme no es un factor determinante. Todo depende del talento. Como cualquier cinéfilo sabe, puedes gastarte 100 millones de dólares y rodar un auténtico pestiño (Transformers, por ejemplo) o lograr una gran película sin tener ni un duro. Eso sí, en CutreCon rara vez programaremos alguna gran producción (este año habrá una sorpresa al respecto). Casi todo es serie B/Z de la peor calidad».
«Por otro lado, también están las películas cutres hechas adrede. Normalmente no simpatizamos con este tipo de propuestas, pero de vez en cuando surgen excepciones como la propia Zombeavers, que es un homenaje genial al tipo de cine que amamos en CutreCon y que estamos convencidos de que hará las delicias de los fans del festival y de aquellos que se acerquen por primera vez».