Democracia desde el barrio

28 de marzo de 2015
28 de marzo de 2015
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A la vez que las tertulias se llenan de dirigentes políticos con grandes -o no tan grandes, lamentablemente- discursos y promesas vestidas de volantes, el mundo gira porque hay personas que, a la sombra, alimentan de combustible la maquinaria.
Esos currelas son ciudadanos que decidieron adoptar un papel activo en la sociedad y pensaron que había que mejorar los barrios, las ciudades. La tarea es sacrificada, es esforzada, pero no es ingrata porque, qué diablos, mojarse el culo por quien lo necesita aporta un bonus para dormir tranquilo por las noches.
[pullquote class=»left»]En los partidos institucionales hay hostias para entrar en las esferas protagonistas, en los movimientos sociales hay hostias por salir.[/pullquote]
Justo donde terminan los focos de la atención mediática empieza el bullicio de hormiguero en el que ciudadanos como Pablo Carmona se sienten más cómodos. Carmona ha curtido el lomo trabajando en movimientos sociales y vecinales y las circunstancias le han llevado a encabezar Madrid en Movimiento, una de las listas que opta llenar de nombres la papeleta de Ahora Madrid en las próximas elecciones municipales de la capital [Las primarias se celebran hasta mañana domingo y están abiertas a toda la ciudadanía].
El tema tiene guasa porque él mismo admite que mientras que «en los partidos institucionales hay hostias para entrar en las esferas protagonistas, en los movimientos sociales hay hostias por salir». Pero como dicen los expertos, la trayectoria es la trayectoria, y Carmona ha terminado como número 1 de la lista por méritos a pie de calle.
«Madrid en Movimiento se genera a través de un proceso participativo en el que se llama a colectivos, se hacen asambleas y se genera una lista de forma conjunta. Necesitaban que alguien la encabezara y fui yo por mi experiencia en la cuestión de Madrid y el municipalismo», explica.
Pablo Carmona fue uno de los promotores de Municipalia, la semilla desde la que germinó Ahora Madrid. Es uno de los pulmones que hacen que la librería Traficantes de Sueños funcione y, a la vez, es parte del Observatorio Metropolitano de Madrid y activista cultural. «Somos gente que hemos hecho política en la calle, pero no venimos de la política institucional», pero como a tantos otros, el 15M les marcó un camino a seguir diferente al previsto. «Tuvimos la sensación de que no hay una verdadera democracia, de que la política tradicional está en manos de los poderes económicos. Por eso damos el salto a las instituciones», dice.
pablo-carmona

La democracia desde los barrios

El trabajo duro comenzó hace bastante tiempo. Tocaba analizar el Madrid que es y soñar con el que será. «Se ha construido una marca de Madrid que se mide por los rascacielos y los proyectos urbanísticos, por el dinero que ha pasado a manos de intereses privados. El Madrid que queremos es el de los servicios públicos para toda la ciudadanía, sin desahucios y con un parque de viviendas públicas, con empleo sostenible y con participación ciudadana real», cuenta el activista.
Cuenta el madrileño que, además, no quiere que la participación sea solo un gesto vacío para cultivar simpatías. «Defendemos la participación ciudadana real, es decir, que sus decisiones sean vinculantes a la hora de controlar a los representantes políticos o decidir los presupuestos».
Pablo Carmona lamenta que la ciudad se ha convertido en territorio comanche para todos aquellos que no llevan el dinero por delante. «La ciudad se ha hecho hostil a los niños, a la diversidad, a las personas con poca movilidad, al ocio de no consumo y a los espacios comunes. Queremos abrir las plazas, usar solares vacíos, crear lugares de encuentro, que Madrid deje de ser una ciudad privatizada».
Madrid en Movimiento enarbola la bandera de la democracia impulsada desde la base, de la democracia que parte de los barrios. Apuestan por la descentralización de la ciudad a través de la transformación de las juntas municipales y de la implicación de sus ciudadanos a través de mecanismos de participación física y digital.
[pullquote class=»right»]«Queremos que las decisiones ciudadanas sean vinculantes a la hora de controlar a los representantes políticos o decidir los presupuestos».[/pullquote]
Además, creen que cualquier trayectoria de crecimiento pasa por un replanteamiento de la política económica municipal. «Es clave auditar la gestión del Ayuntamiento de Madrid. Los contratos de los servicios públicos han quedado en manos de las grandes empresas multiservicios y se deben remunicipalizar. Hay ejemplos tan básicos como que la enseñanza de 0 a 3 años debe ser un servicio público universal o los servicios sociales de calidad».

¿Pero quién es esta gente?

Es posible que hayan sabido del trabajo de estos activistas en los grandes medios de comunicación que leen habitualmente. Bueno, no. Salvo contadísimas excepciones, no es posible. Los focos se reservan para los sospechosos habituales. Por eso, a falta de espacios para gritar el discurso, tuvieron que crear altavoces propios, sobre todo en internet. De hecho, desde hace algunos días, Carmona responde en Ask.fm a todo aquel que quiera saber más acerca del contenido de las propuestas de su lista.
La red se ha convertido en el campo de batalla para difundir la palabra del barrio. «Desde el 15M se ha demostrado que las redes son cruciales para la acción política que pasa por esos canales. A través de las redes y los servicios de micromensajería se generan formas de encuentro, organización y debate», explica Iván Sánchez (@110010010011010) , responsable de redes sociales de Madrid en Movimiento.
El empleo del nuevo arsenal es también , por tanto, herramienta de construcción democrática. «Hay gente que define este fenómeno como tecnopolítica. El extremo máximo lo define la democracia digital y hacia ahí queremos ir como ciudadanía participativa. En Andalucía un diputado ya puede votar a través de internet si no puede acudir al Parlamento Andaluz, ¿por qué entonces no podemos hacerlo toda la ciudadanía? Es la herramienta para que tomemos decisiones sin intermediarios», señala Sánchez.

Uno nunca se va del barrio

A pesar de la anómala situación, con la atención mediática momentánea centrada en este proyecto colaborativo cuya lista encabeza, Pablo Carmona sigue rechazando los personalismos. «La política pública no debería centrarse en el monolito de nombre propio».
Por eso le resulta tan importante resaltar el carácter colectivo de Madrid en Movimiento. «Me he dedicado a la política desde los 14 años, pero a la política en los centros y en los movimientos sociales. En estos espacios, todo se hace de forma colectiva y no hay tradición de protagonismo individual. Todo esto se nos hace raro», explica.
Cuando las primarias acaben tocará abrir una nueva etapa. Será como candidato a ocupar una concejalía o la alcaldía de Madrid o será en otro lugar. Y eso no parece ser un problema. Al fin y al cabo, en los barrios siempre habrá cosas que hacer y uno nunca termina de irse de su barrio.

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