Desde hace 3 años, el blog de Cósimo de Monroy ofrece una particular visión de la vida, la de Cósimo de Monroy. Su autor, Bruno Ruiz Nicoli, habla de arte. Pero no de ese arte que se contempla en una burbuja. En sus relatos intenta crear un ambiente en el que, además del arte, participa la gastronomía, el sexo y todo lo que nos hace disfrutar. «Es como yo lo vivo. Creo que la vida está hecha de detalles. Por eso, al final de cada historia, doy las referencias concretas de muchas de las cosas que han aparecido en la historia», explica Ruiz Nicoli.
Antes de Cósimo, lo que hacía Bruno Ruiz-Nicoli era buscar a Cósimo. «Mi familia me transmitió dos pasiones: el arte y la pasta. La sangre toscana, supongo. Crecí rodeado de una colección de arte en la que había desde esculturas romanas a pintura abstracta. Cada nueva pieza se celebraba como una incorporación a la familia. Aunque probé suerte en el mundo de la comunicación, esa pasión pudo más. Así que estudié Historia del Arte y me fui a vivir a Roma».
A su vuelta a Madrid, dio clase en la Universidad Complutense y organizó varias exposiciones en colaboración con el Museo Arqueológico Nacional. Pero había algo en el mundo académico que no le encajaba. En Italia se había dado cuenta de que la forma en que se contemplaba el arte en su familia era allí lo normal. «Para los italianos, el arte forma parte de la vida cotidiana. Está completamente integrado en la cultura. Y era eso lo que yo quería lograr aquí. Transmitir el arte como algo cercano, inmediato», explica Ruiz Nicoli.
Por eso creó el blog Los placeres y los días. «En España el arte se ve como algo lejano y ajeno. Se mira con una actitud casi religiosa. Por eso quería llevar el arte a la gente de una forma diferente. Cósimo de Monroy era perfecto para lograrlo. Un personaje provocador, atractivo y políticamente incorrecto. De repente, me encontré escribiendo relatos sobre sus aventuras, las de un príncipe napolitano, diletante, ocioso, promiscuo y hedonista», comenta el autor, quien añade que «por disparatado que parezca un proyecto, lo importante es que tenga alma. Eso significa implicarse, poner lo mejor de ti mismo y arriesgar. Con pasión las cosas acaban por salir». Y lo cierto es que a la gente le encantó. Hoy Cósimo tiene más de 20.000 seguidores y es un referente en las redes sociales.
Una aclaración importante: Cósimo de Monroy no es un pseudónimo de Bruno Ruiz Nicoli. «Ya me gustaría, pero no; solo es un personaje. Aunque no puedo negar que hay mucho de mí en Cósimo». Los relatos están escritos en primera persona y, al leerlos, muchos piensan que Cósimo es real. Además, al hablar de forma tan concreta de lo que ve, come y bebe, esa sensación se llega a hacer muy intensa. «El límite entre realidad y ficción puede hacerse confuso. Mucha gente se ha acercado a mí como si fuese Cósimo. A veces, esa actitud me ha producido un cierto conflicto. Me daban ganas de decir: soy Bruno y, aunque no sea príncipe, no estoy nada mal».
Fue esa la idea que llevó a escribir Los juegos de Cósimo, una novela que se publicará próximamente. Cuenta la historia de un chico que se pone a escribir el Blog de Cósimo, y la relación que se establece entre el autor y la ficción.
Bruno Ruiz Nicoli es uno de los personajes seleccionados por Kia para protagonizar su campaña ‘Gente con Soul’, con la que la marca quiere acercarse a un universo de modernidad y llegar a un público interesado por el diseño, la estética y las nuevas tendencias. Gente que, con independencia de su edad, es joven de espíritu, activa, espontánea y muestra una actitud abierta y positiva ante la vida. Un público que, según Kia, a la hora de conducir busca un coche creativo, deportivo, sensual, moderno y divertido.
El arte debería formar parte de la vida cotidiana
