Estamos en pleno pulmรณn verde de Buenos Aires, en el cruce de varios puentes de ferrocarril. Sus muros, que nadie mira, estรกn cubiertos de grafitis y pintadas de todo tipo. Allรญ se encuentran estos murales, que son como los demรกs, pues estรกn cargados. Malvinas da para mucho y desde muchas perspectivas.
Pero el tema de la guerra โla guerra en su espectro mรกs amplioโ sigue sin ser un tรณpico para cenas. A veces incluso da la impresiรณn de que los seres humanos no deseamos entrar en la oscura habitaciรณn de la violencia. Sin embargo, la ausencia de luz no significa que ese espacio no exista. Desde luego que existe y su menciรณn provoca reacciones como las que produce la tauromaquia. Es lรณgico que asรญ sea, pues para cualquier ser humano la experiencia de la guerra debe de ser igual de extrema y brutal. Hay sangre y hay muerte, incluso pueden aparecer la humanidad y la nobleza, todo mezclado y en cantidades industriales.
El periodista Michael Herr, autor del clรกsico Dispatches y guionista del filme Apocalypse Now, expuso en una entrevista: ยซHay muchas personas que no tienen consciencia de poseer un lado oscuro. Desearรญan vivir en un mundo donde estas emociones y apetitos no existiesen. Lo niegan. Pero no comprenden que la guerra es un desastre natural: un fenรณmeno implacable. El que pueda experimentarse tanta belleza y placer en una situaciรณn considerada horrible y espantosa resulta difรญcil de asimilar para la mente occidental. Pero si la guerra fuese un infierno y solo eso, si no hubiera otros colores en la paleta, si esa fuera la esencia total de la experiencia, creo que los seres humanos no continuarรญamos matรกndonos unos a otrosยป.
Es difรญcil imaginar esa belleza, pero uno se encuentra con testimonios parecidos una y otra vez: la claridad meridiana resultante del pavor, los compaรฑeros que matan y mueren por sus amigos, los gestos inesperados de compasiรณn. En Nรกpoles 1944, Norman Lewis, por entonces un joven soldado britรกnico, relata la invasiรณn de Italia. Una situaciรณn en la que, por necesidad, los enemigos acaban volviรฉndose amigos, los campesinos ayudan a desertores de ambos bandos, los oficiales se niegan a fusilar, los soldados procuran detener โlo implacableโ y paliar el descontrol que ellos mismos han causado. Supongo que estas contradicciones tambiรฉn resultan difรญciles de asimilar para la mente occidental. Incluso para la oriental, pues somos diferentes pero no tanto.
Es desde este punto de vista, y no otro, por el que los murales de Malvinas cobran relevancia. No porque resalten la bandera, el patriotismo y el deber, sino porque en el fondo, debajo de los uniformes no habรญa personajes histรณricos sino personas de carne y hueso, con familias, seres queridos y sueรฑos. Algunos de los honrados eran militares de carrera, otros eran conscriptos. Sin embargo, por alguna razรณn, merecieron esas pinceladas bruscas, el nombre y la frase. ยฟPero por quรฉ fueron elegidos? Tal vez por haber dejado entrever su humanidad en medio de tanta locura.
Para unos la guerra fue una aventura sin sentido, para muchos fue una reivindicaciรณn, para otros continรบa representando una gesta patriรณtica (en cualquier caso, las Malvinas son el Gibraltar argentino y los espaรฑoles sabrรกn comprender su significaciรณn en el imaginario de todo un paรญs). Los estudiosos del tema opinan que fue una mezcla de รบltimo estertor imperialista y una oportunidad de oro para que los polรญticos involucrados pudiesen dar un รบltimo manotazo de ahogado al poder.
Los menos comparten lo manifestado en Partes de guerra. Fue Juan Josรฉ Gรณmez Centuriรณn, un militar condecorado, quien seรฑalรณ la raรญz paradรณjica del conflicto (y cito de memoria): ยซLas Malvinas son un concepto escolar. Desde la niรฑez se enseรฑa que son territorio argentino, cuando en los hechos hace un siglo y medio que no lo sonยป. Puede que todas las guerras partan de ese mismo supuesto, de ese malentendido universal.
Sin entrar en las razones, justificaciones, despropรณsitos y errores, las heridas que dejan tras de sรญ los conflictos se revelan en testimonios agridulces, aquellos que โla mente occidentalโ sigue sin comprender. Y allรญ estรกn para quien quiera investigarlos: historias de victimarios, vรญctimas, horror, altruismo. Heridas que sangran todavรญa. Por eso quizรก no estรฉ tan mal que haya quienes buscan cerrarlas, pero no cargando sus armas sino sus pinceles. Evitando que quienes perdieran la vida โy en el camino tal vez se la arrebataran a otrosโ sean olvidados del todo. Nadie cura sus heridas negando lo vivido.
En cualquier caso, estos homenajes no son mรกs que pinturas. No han sido fundidos en el bronce monumental de los prรณceres. Y por tanto puede que el dรญa de maรฑana sean cubiertos por otras pinturas: grafitis ininteligibles, imรกgenes abstractas; motivos menos grandilocuente y mรกs prosaicos, de los que a diario vemos en los muros de nuestras ciudades. No todos estarรกn de acuerdo, seguramente, pero al fin y al cabo no estamos hablando de estatuas y bustos de bronce. El รบnico bronce que mata es el de las balas.
MUY MUY BUENO ยป EXCELENTE TE FELICIT MUY BUENO !!!
Felicitaciones! Muchos murales fueron pintados por alguien que conozco por su arte y su corazรณn malvinero, pero lo escrito por tu pluma le ha dado el marco perfecto. He usado parte de tus fotos (con tu nombre y fecha) y extractos de lo escrito para un ensayo sobre Malvinas, donde destaco la importancia de malvinizar por medio del arte en todas sus formas como una manera de honrar y no olvidar la gesta y sus hรฉroes tan despreciados y poco reconocidos tal cual lo expresasteโฆ Tu artรญculo sin dudas es MARAVILLOSO. Gracias!