El auge del ‘cottagecore’, la tendencia nostálgica que idealiza la vida rural

cottagecore

Desde la pandemia, hemos sido testigos del ascenso de una tendencia estética que ha cautivado a las redes sociales. Esta corriente, conocida como cottagecore, se centra en una visión romántica de la vida rural, evocando imágenes de casas de campo, vestidos vaporosos, pícnics y actividades tradicionales como la recolección de flores y la elaboración de pan casero. Pero ¿qué hay detrás de esta idealización de la vida campestre? ¿Es solo una moda pasajera o refleja anhelos más profundos de nuestra sociedad?

Los orígenes de la tendencia

Aunque el término cottagecore es relativamente nuevo, la fascinación por la vida rural no es algo nuevo. Como señala Alice Cappelle en su video Cottagecore: the good and the really bad, esta tendencia tiene sus raíces en obras literarias, películas y poesía que han retratado la vida en el campo de manera idealizada, a menudo en contraste con la vida urbana.

Sin embargo, esta estética como la conocemos hoy surgió en la década de 2010 como una respuesta a diversos problemas de la sociedad moderna como la violencia, la dependencia tecnológica, la cultura del hustle y la ansiedad sobre el futuro. Además, está estrechamente ligada al creciente interés por la vida sostenible y el rechazo a la industrialización.

La pandemia y el bum de la vida rural idealizada

Si bien esta tendencia ya estaba ganando terreno antes de la pandemia, fue durante los confinamientos cuando explotó en las redes sociales. Atrapadas en casa, muchas personas encontraron en esta estética una manera de escapismo virtual, una manera de evadirse de la realidad y sumergirse en un mundo más simple y acogedor.

Como explica Cappelle, «cada vez que ha habido un pico en los casos [de COVID-19], ha habido un pico en el cottagecore justo después». La gente comenzó a redecorar sus habitaciones, a crear nuevos guardarropas y a transformar su entorno para hacerlo más acogedor y cottagecore, convirtiendo lo virtual en algo más tangible.

El cottagecore como forma de autocuidado y sanación

Para muchos de sus seguidores, el cottagecore no es solo una estética, sino una forma de autocuidado y sanación emocional. Como señala Phoenix Tweedy, una joven de 21 años de Forest Grove, Oregón, que descubrió esta tendencia después de vivir un tiroteo en su escuela, «cuando encontré el cottagecore, simplemente algo hizo clic. En lugar de dormir todo el día, podía intentar hornear algo o dar un paseo y mirar las flores».

Además, ofrece un refugio de un mundo caótico y estresante, una visión idealizada de la vida donde las tareas domésticas se realizan con un sentido de plenitud y no hay lugar para la masculinidad tóxica o las presiones del trabajo. Como dice Sarah Cavar, de 21 años, «el cottagecore es un intento de sentirse cómodo y en paz por fin, incluso si esa paz es falsa».

 

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¿Una tendencia superficial o un movimiento político?

A primera vista, esta estética puede parecer una tendencia frívola, centrada únicamente en lo visual. Sin embargo, para algunas personas, adoptar este estilo de vida es una elección política consciente. Al reducir su huella de carbono y volverse más autosuficientes, los seguidores de esta corriente desafían el capitalismo globalizado y la dependencia del gobierno y las grandes corporaciones.

Además, como la mayoría de los influencers de esta tendencia son mujeres, algunos argumentan que representa un mundo sin hombres o sin su influencia. No obstante, hay quienes llevan esta estética en una dirección opuesta, abrazando el papel tradicional de ama de casa y centrándose en el hogar y la familia.

La idealización de la vida rural es mucho más que vestidos bonitos y fotos de pícnics en Instagram. Esta tendencia refleja un anhelo profundo de una vida más simple, sostenible y conectada con la naturaleza. Ya sea como un modo de escapismo, una elección política o un estilo de vida, ha capturado la imaginación de muchas personas en todo el mundo.

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