Hayabusa Tomiyasu es un fotógrafo japonés que durante cinco años estuvo sacando fotos a una mesa de ping-pong en un parque público documentando los diversísimos usos que se le dieron durante años. Para sorpresa de nadie, la mayoría de las fotografías muestran gente realizando actividades que no tienen relación alguna con la práctica del deporte de tenis de mesa: comer, estirar, guarecerse bajo su sombra o cepillar al perro.
Es uno de los muchísimos ejemplos que se podrían sacar a colación para explicar la tenaz diferencia entre el diseño para el usuario y el uso que se hace de semejante diseño. Lo que en el mundo del diseño web se divide en UX y UI (user experience / user interface), lo que en cualquier zona verde pública se llama «el caminito que ha hecho la gente cruzando por el medio de la hierba en lugar del que está asfaltado» o lo que en el mundo del arte se llama «Tú dale la vuelta al Rothko, que, total, qué más da».
Porque resulta que hubo en su momento un debate con varias idas y venidas en el mundo del arte sobre en qué dirección se han de colgar un par de pinturas de Mark Rothko (Black on Maroon, concretamente), que, por supuesto, se llevó a cabo sin que el público de la Tate Modern pestañease siquiera ante la variación horizontal o vertical de dichos cuadros.
Muchas veces nos empeñamos en que una cosa debe ser de una forma para una cosa o con un uso particular, y, sin embargo, nos topamos con que la gente hace de ello lo que quiere. Harto conocida es la leyenda urbana del pobre hombre que inventó el sobre de azúcar alargado en tubo para que se utilizase partiéndolo en dos y se suicidó al ver que la gente seguía abriendo el sobre por arriba.
Como dice el meme, «en su cabeza era espectacular». Los seres humanos a veces somos impredecibles, inimpresionables e inconvenientes por conveniencia, así que la próxima vez que descubramos a otro pasándose un abrefácil por el forro o utilizando el mobiliario público para lo que no es, pensemos en que al menos no somos Rothko revolviéndose en la tumba y gritando «¡En horizontal, es en horizontal!».