El despertador

26 de noviembre de 2010
26 de noviembre de 2010
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Suena cada mañana a la misma hora. Te conecta de forma súbita con tu propia realidad. Pero se entromete, te interrumpe. Te molesta.

Hoy la publicidad hace también de despertador. Avisos y más avisos, presencia desmesurada en tu vida, por todos los canales posibles acceden a ti y se hacen presentes de forma intrusiva. Repetición y persecución. Millones de impactos que ya no suman, en muchos casos restan.

¿Cómo es posible conseguir fidelidad, afinidad, conexión con tu target, si invades su espacio? Creo que no es por ahí por donde se construye el valor de una marca.
Crear valor conlleva tiempo. Tiempo para crear vínculos, desde las emociones. Y las emociones no son flores de un día, que no duran y se marchitan…

Y hoy por hoy ¿quién dispone de ese tiempo? La presión de las ventas inmediatas, los resultados a corto plazo y medibles, los bonus anuales… Los briefings de las 8 de la tarde para las 9 de la mañana. Las noches sin dormir para resolver “el fin del mundo” en tan sólo unas horas.

El marketing se convirtió en una chapuza, es una tirita para la cicatriz de un trabajo mal hecho previo a lanzar, a evolucionar o mejorar un producto.

¿En qué momento la publicidad deja de ser un semáforo en rojo para que el consumidor se pare, observe, mire, pruebe y elija? ¿Recuerdas alguna campaña que te cree esta sensación ahora?

Encontrar el tiempo necesario o bien emplear tu tiempo, priorizando, trabajando también en el largo plazo… O lo que es lo mismo, decisiones sin enquistar, reuniones concretas, donde las personas se escuchan, deciden, concluyen, se marcan plazos y responsabilidades. Reuniones con punto de partida y de cierre, con orden del día, que no se cancelan, que nadie olvida, donde no se atienden llamadas de teléfono.

No digas no tengo tiempo, di no tengo tiempo para hacer todo lo que quiero hacer, el tiempo no existe, es un término relativo, existe tu tiempo, solo gestionándolo podrás hacer de tu vida lo que tu quieras que sea.

Solo con el equilibrio entre lo personal y lo profesional, solo las personas que gestionan bien su tiempo son las personas que demuestran su profesionalidad y su valía. El resto, perdonen los ofendidos, no están donde debieran, les va grande.

El talento se mide por lo que aporta uno en su trabajo, no por su capacidad productiva ni las horas que emplea, solo así un profesional que gestiona una marca es capaz de captar el interés de su público. Conseguir que quieran conocerla, forjar vínculos y que el consumidor pase de espectador a formar parte de la historia. Este es el germen del fenómeno fan.

Uri Altell, CEO de Strike

Imagen de Play.com

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